Sólo Arriba sabrán por qué se quedan con los mejores: los que ven más largo, los que lo dan todo. Grande de tamaño, mayúsculo de espÃritu; alto de estatura y de visión, Alonso en el ahora supo del Mañana y de los caminos conjuntos para alcanzarlo. No en vano canalizó incesantemente privilegiada información de la JerarquÃa. Servir y disfrutar eran para él sólo uno. Entre chiste y chiste nos dejó caer pautas de oro. En los momentos más enconados de la Red Iberoamericana de Luz, sus misivas eran remanso y claro aporte. Aguardábamos el mail de Alonso, capaz por sà solo de poner paz y armonÃa en medio del desasosiego. Te queremos hermano, pero no te pienses que te liberamos de esta. Seguimos juntos en el jaleo. Asumimos tu partida precipitada, si desde Arriba nos sigues iluminando en la gestación de la “Gran Comuniónâ€, de las anchas alianzas… de las que tanto escribiste. Sino, no habernos metido en lÃo, no haber bajado los manuales, sino no habernos permitido explorar futuros, no habernos apremiado con que era ya la hora de construir un mundo de hermanos… No maldeciremos tu infarto fulminante. Asumimos tu reclamo urgido a saber para qué elevado cometido. Debe haber pertinaz sequÃa por las geografÃas celestes. Debe haber otras tierras también resecas, sedientas. Marchas con “Los Sembradores†y con su susurro de tantos años, no sin antes dejarnos tu luminoso atillo de semillas. Vuela alto hermano. Vuela que lo mereces. No digas Arriba que la Tierra pesa, diles que el Plan avanza y las redes de luz se expanden, diles que haremos buen uso de tu inmenso legado. Desde España, tierra honrada por la siembra de Alonso, fuerte y fraterno abrazo a la familia de Oromu y a las redes de luz mexicanas. Hoy más que nunca estamos unidos en el Plan Divino para la Tierra, en el tejido de la luz, en los altos ideales…, también en las emociones que nos recuerdan como humanos. La vida nunca se acaba, los lazos de amor perduran por la eternidad. La Siembra gozosa, en la que nos instruyó nuestro hermano mayor Alonso, continúa. |
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