En España, por lo menos que se sepa públicamente, no se conculcan los derechos de la infancia y la adolescencia. A nadie se le impide, una vez adquirida un mínimo de razón, decidir sobre su futuro. Cada quien será dueño, con una indispensable base de madurez, sobre el volumen de su pecho. No se le contrariará, ni perseguirá al tomar particular iniciativa. El verdadero problema es el vacío existencial de esos niños y niñas desorientados/as que buscan desesperadamente una identidad, unas raíces en un mundo que mayormente le ofrece uniformidad cultural, consumo y maquinitas. A millones de niños les están en este mismo momento destruyendo en Ucrania sus escuelas, sus pupitres y pizarras; a millones de niños les estamos en Africa frustrando sus sueños… Ahí sí tenemos verdaderos problemas, pero nosotros invertimos nuestro apreciado tiempo abundando literalmente en el sexo de los ángeles. Artaza 29 de Noviembre de 2022 |
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