Vinimos a la Tierra para poder manifestar nuestra esencia verdadera que es amor; nos separamos del fuego divino para expresarnos en el mundo de la forma como luz y calor..., sin embargo aún andamos bajando a los metros y poniéndonos bombas, cogiendo poderosos vehÃculos y arrasando por las aceras, subiéndonos a los aviones y gaseando a los niños como los dÃas pasados en Siria... Nuestra alma tomó cuerpo para ensayarse en la sÃntesis, para vencer la tentación de la separatividad…, pero aún el hermano contra el hermano. Cuando explotan las bombas en los subterráneos, cuando de los escombros sacan los niños sin vida…, seguiremos creyendo en el humano. No perderemos la fe en medio de ninguna oscura y tóxica polvareda. Lo que hoy despierta, florece, canta; lo que en nuestros dÃas armoniza, enlaza, une..., es mucho, mucho más poderoso que lo que destruye y separa. Sólo es que las bombas gastan más decibelios. Por lo demás la aurora es siempre silenciosa. La humanidad que abraza es más numerosa que la que mata. Los titulares no completan la realidad. Los titulares ocultan la entera verdad, pero ésta sigue joven, fresca, firme y poderosa en lo profundo de nuestros corazones. |