Política y paz | Una sola humanidad | Espiritualidad | Sociedad | Tierra sagrada

No retrocederemos Rambla arriba

Barcelona en el corazón  
Debiera preñar al alma de más silencios. De buena mañana ya sentí los dedos agitados, urgidos de teclado, apremiados por seguir cantando a la vida en su ya maduro estío. Silencio nutricio, colmado de aliento y buena nueva, bendita aurora. Tras veintidós días de silencio, me acerco impaciente a la palabra madurada, fecundada en esperanza.

La noche sólo amagó a la orilla del Mediterráneo… Sigue habiendo un sitio para todos en las Ramblas del encuentro, del mestizaje; sigue habiendo un sitio para todos en las avenidas de la paz y la concordia. Las Ramblas nos siguen empujando al mar, nunca a la caverna y su infierno. La civilización se levanta en la arena templada. El Plan es de avanzar hacia el abrazo, nunca hacia el choque. Itaca es la unión y la confraternización, nunca el odio y la confrontación. Las Cariátides drapeadas seguirán sosteniendo un templo que acoge todas las salmodias.

Podamos unirmos siempre, no sólo en la hora amarga. Podamos unirnos cuando el atentado, pero sobre todo cuando calla el estruendo, cuando las furgonetas respetan los carriles. Podamos unirnos más allá del dolor, podamos unirmos al clarear el día y al caer la noche. Podamos unirnos cuando la sangre en las Ramblas, pero sobre todo cuando las avenidas desbordan vida. Podamos unirnos no importa la camiseta de fútbol, no importa el latido del corazón, no importa el acento de los labios...
Podamos unirnos siempre el mar y la montaña, el centro y la periferia, la cruz y la media luna, la brisa y el cierzo, la tierra firme y las estrellas que ahora lloran y titilean... El dolor trae ya su recompensa en forma de corazones y voluntades acercados. Mañana la unión y la cooperación no salgan tan caros... “¡No hay banderas, no hay banderas!” gritaron en Barcelona cuando alguien quiso esgrimir la suya con la intención de sacar partido... Perdure el empeño unitario.

No retrocederemos Rambla arriba… Las Ramblas nos siguen acompañando a un Mediterráneo en el que nos volvemos a encontrar, comerciar y civilizar. La barbarie nunca podrá con la civilización, con lo que hemos ido construyendo con barro y mármol, con brisa y respeto. A la vera del mar inmenso nos seguiremos encontrando, nunca arrollando… Gracias Barcelona por esta lección que no olvidaremos.

 
   |<  <<    >>  >|
NUEVO COMENTARIO SERVICIO DE AVISOS

 
  LISTA DE COMENTARIOS