Sólo con una pequeña parte de lo invertido en la finca para el proyecto comunitario, podÃa haber renovado mi viejo coche y haberme hecho con un flamante vehÃculo, pero entonces hubiera traicionado un destino, la aspiración de demostrar que una vida sencilla, austera, ghandiana, no sólo puede ser feliz y armoniosa, sino que representa el única opción para que quepamos todos en esta tierra bendita, la única solución para dar sostenibilidad a este planeta. Hoy tocaba dormir en el viejo coche, muy cerca del notario donde, si Dios quiere, en unas horas iremos felices a firmar. Definitivamente la tierra no da para que sus 7.000 millones de habitantes nos pongamos al volante de un potente SUV. ¿Si todos y todas no pueden, por qué yo habÃa de poder? |
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