Hemos sido convocados más allá del cÃrculo excesivamente cerrado que habÃamos establecido. Pablo D’ Ors me ha empujado a la conclusión de que vivimos tiempos sin precedentes y de que se nos insta a abrir la mente y ensanchar el corazón para poder estar a la altura de la unión demandada. Su obra y testimonio me han revelado que el presente tiene una necesidad de acoger en sus brazos como nunca lo habÃa hecho, de reunirnos en su seno a los muy diferentes. Por todo ello le estoy agradecido. El presente y la urgencia planetaria nos quieren corazón con corazón por encima de nuestras diferencias pretéritas. He reparado en que este hombre transparente se hallaba en las antÃpodas de lo que constituÃa mi entorno ideológico y sin embargo hoy me siento muy identificado con él. El ahora nos ha unido de una forma otrora impensable. Somos casi de la misma edad, pero hemos deambulado por territorios antagónicos, frecuentado compañÃas muy dispares, nutrido en culturas incluso confrontadas y sin embargo, cuando escucho a este peregrino del EspÃritu, a este anhelante de desiertos, me sorprendo identificado con él como con pocos. Hay algo que realza nuestros dÃas y es que poco importa de dónde vengamos, qué camino hemos recorrido, si ahora nos sentimos unidos en el silencio profundo, en el mismo estado de apertura, de disponibilidad; si ahora nos reconocemos los amigos de los desiertos, los buscadores, los servidores... en medio de un mundo tan necesitado. Poco importa por dónde hemos entretenido, si nos llama la misma Inmensidad, si nos inunda una misma sensación de agradecimiento por la Vida y devoción por la entera humanidad. Artaza 15 de Diciembre de 2021 |
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