¿Conseguir que nada perturbe esa oración sin palabra, sin principio, ni final, lograr permanecer ahà estrechamente unido a la naturaleza primigenia, a la creación tan amablemente envolvente en compañÃa de Quien ni siquiera bosteza..., será algo de la famosa práctica de origen budista? ¿Será "Mindfulness" algo de ese agradecimiento desbordado, de ese gozo de sentirte uno, de identificarte con cuanto te rodea? ¿Será algo de ese placer Ãntimo que invita a que todo crezca, se desarrolle y evolucione, que sugiere que todo cante, que todos cantemos y alabemos…? Hace bien poco, nadie habÃa creado "Mindfulness", menos aún su costosa graduación y sin embargo los bosques gallegos no son de ayer, nos fascinan desde antiguo. El éxtasis viene de muy atrás, de cuando empezaron a manar esos rÃos que siempre rÃen, de cuando empezó a verdear esa naturaleza que siempre nos enmudece. Vicente Beltrán Anglada hablaba de “serena expectaciónâ€. Los mÃsticos de todos los tiempos hicieron bien en no bautizar el instante que no tiene nombre… Hoy siento también que podrÃa ser un resetear fulminante, un borrón y cuenta nueva. El rÃo nos ayuda a todo barrer, a todo borrar. Nos invita a todos perdonar y a dejarnos perdonar y asà alcanzar, siquiera por un momento, por fin la única, indescriptible, insondable e irrepetible paz. * Senda de Guimara y alrededores de Fonsagrada (Lugo) |
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