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Abrazar al contrario

Nunca digas de ese agua no beberé, a esa persona no abrazaré. No digas, Pablo, "no abrazaré ni a Más, ni a Rajoy". Estrechar al contrario no es darle la razón, plegarse a sus postulados; es reconocer su humanidad, valorar la mutua unión inherente por encima de su color político. Antes que nada la vida es abrazo y no "podemos" malograrla por el capricho del desafecto. Tu adversario político no deja de ser tu semejante, tu hermano. El abrazo que ahora rechazas, lo habrás de consumar algún día. Todos, absolutamente todos los humanos, a la postre de todas nuestras prolongadas lizas, nos acabaremos abrazando, por más que nos obcequemos en postergar ese día.

No digas "nunca abrazaré..." porque estarás perpetuando la caduca pelea, la política de los que no se encuentran; porque al dejarle al otro sin abrazo, te privas de su calor, te estás perdiendo una parte de ti; porque abrazar a tu contrario es quizás lo más grande que puedes llegar a hacer en tu incipiente vida política. Las piedras ya horadaron todos nuestros bolsillos. La historia se levanta sobre todo como una larga hoguera que no necesita ni una gota de más gasolina. No queremos puestas al día de la lucha de clases, queremos por fin acabar con ella. En realidad no queremos nuevas ideologías, nuevos partidos, en realidad lo que queremos es más abrazos, profundos, sinceros, definitivos. Lo que deseamos es ver la clase política por fin unida, por fin cohesionada tras los mismos valores de honestidad y virtud, tras los mismos ideales de justicia social, de libertad, de respeto al otro, de cuidado de la Tierra y las relaciones humanas…

Nunca digas "no abrazaré..." porque la política es el arte del encuentro, de la inclusividad, del acuerdo entre contrarios. El consenso y el abrazo cotizarán más que la ira en los parquets del mañana. El Cielo ya se hizo eco de nuestro malestar, tomó nota de nuestras inquietudes. ¡Abre el puño, Pablo!, llevamos con él demasiados siglos cerrado, llevamos demasiado tiempo sin abrazos, anclados en las trincheras. "Podemos" y debemos hacer otra política más limpia, más centrada en los desprotegidos; "podemos" aquí y ahora empezar a construir nuestros sueños de más reparto, de mayor igualdad..., pero nada de ello valdrá la pena si no hay aproximación al adversario, si no intentamos poner punto final a una larga historia humana de sempiterna confrontación.

Conciliarnos con el contrario era lo que nos faltaba para completarnos. En un plazo que desearíamos breve, el conflicto está llamado irremisiblemente a dejar de condicionar, por lo menos en la actual medida, la organización social y la pugna a dejar de ser eje de la acción política. "Podemos" llegar a la Moncloa, pero todo ello pasará sin plena ni gloria, si no nos arrancamos en una nueva era de relaciones también políticas en las que prime el acercamiento, el diálogo, por supuesto el sumo respeto y la cordialidad. "Podemos" y debemos inaugurar un nuevo orden social más solidario, pero la historia no terminará de virar hasta que no cambiemos nuestro orden por dentro, hasta que no coloquemos los valores de la mutua comprensión y la compasión por delante de nuestro ideario.

Arteixo 22 de Diciembre de 2014


Podemos y Venezuela

Hay muchos aspectos que nos seducen de Podemos. Los hemos señalado en anteriores artículos: la ilusión de transformación despertada, la savia nueva inyectada a la vida política, su historial limpio de corrupción, su aplicación interna de democracia directa, su apuesta por la justicia social… Este domingo adopta también una postura cuerda al tiempo que valiente, al declarar que no desean que Catalunya se separé y al mismo tiempo abogar por su derecho de autodeterminación.

Si embargo ese idilio que no cede con la Venezuela de Maduro, es un jarro de agua fría. El pasado jueves "Podemos" se opuso en el Parlamento europeo a la resolución que exigirá al gobierno venezolano que cese la violencia contra la oposición. Para que Podemos termine de entrar realmente en nuestros corazones deberá de comenzar a cuestionar la dictadura encubierta de Maduro. Si pedimos aquí más democracia, no "podemos" ayudar a quienes la cercenan más allá de las aguas.

El bolivarismo no tiene licencia de corso para hacer con las libertades lo que le viene en gana. La puja por la libertad es nuestra puja en cualquier lugar del mundo. Los progresos en justicia social, las medidas necesarias en favor de los más desheredados nunca deben ser a costa de libertades y derechos humanos. ¡Libertad para los líderes venezolanos perseguidos y encarcelados!

Arteixo 20 de Diciembre de 2014

 
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..pero ¿cuándo ha querido el PP abrazar al
 Luz   2014-12-23

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