Habrá Putin para rato y habrá que aceptarlo. Putin no es un demócrata, es un autócrata poco respetuoso con los derechos humanos, pero a Rusia le ha inflado músculo y devuelto orgullo patrio. Putin persigue a la disidencia, en algunos casos parece ser que también la elimina; somete a las etnias, aporrea a los homosexuales, gobierna con mano de hierro…, pero para la mayorÃa de los rusos este polÃtico duro es el mejor gobernante. Con él la ex-potencia vuelve a sacar pecho en la escena internacional. |