Sólo nos queda rezar, pues es difÃcil comprender cómo, cuándo se ha apilado tanto odio en el corazón de estos hermanos del ISIS; pues no nos cabe en la cabeza cómo un humano pone el despertador tan de mañana para matar a tantos otros hermanos, para inundar de tanto miedo y terror el corazón de nuestra Europa querida. Rezar para que el perdón nos inunde, para que el odio jamás a haga nido en nuestros adentros. ...ParÃs, Palestina, Siria, Bruselas... Nos va a faltar tiempo..., tenemos muchas velas que encender, muchos altares que esbozar en nuestros bosques y asfaltos, muchas oraciones que elevar a nuestros Cielos... Bendito sea Dios que nos da labios, que nos proporciona murmullo, que nos provee de corazón..., para rezar en esta tan joven, tan esperanzada, como difÃcil primavera. |
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