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ENSAYAR SU MIRADA

"¿Cuántos en la tierra ya no podremos nunca jamás volver a mirar como mirábamos antes de conocer a esta Gran Alma?"  
Observo su cuerpo menudo ya frío tendido en el postrero lecho y siento, si cabe, con más fuerza la naturaleza titánica de su envite. Siento que nuestras vidas serán a partir de ahora el ensayo de intentar mira como miraba él, cuando el alma habitaba esa ya muy gastada urna corporal. Ahora que ese vehículo anciano se deshace y su espíritu asciende a la más alta gloria, tomamos conciencia del gran reto al que sin ruido alguno, nos ha emplazado.

Vuelvo a poner el canto sublime en este soleado sábado de invierno, cargado de las primaveras que él tanto amaba, en esta especial fecha de infinita mayor esperanza que luto. El solo violín del "Namo Avalokiteshvara", sin que ni siquiera entren las dulces voces de la "shanga", me saca lágrimas que no puedo contener. No son de pena, lo son de infinito agradecimiento.

Sí, ensayaremos caminar más despacio, con más conciencia, poniendo el alma reverente en cada paso. Sí intentaremos sentirnos en Casa, inundarnos de paz cuando respiremos despacio y profundo.., pero desde esta humilde perspectiva la más grande ofrenda a este gran Ser que viene de abandonar el cuerpo, es la mirada, una mirada nueva a posar en torno a cuanto nos rodea. No somos los mismos desde que nos tropezamos con sus libros desbordados de exigencia y belleza, con su persona que nos presentaba casi muda los más altos desafíos.

Todo, incluso lo más duro y oscuro, se puede observar con una mirada henchida de belleza y generosidad. Todas las personas pueden ser contempladas también desde la mirada abierta, ancha y siempre amable de la compasión, incluso las más brutas y crueles. Thich Nhat Hanh por privarnos de sinsentidos, lo hizo hasta de nuestros enemigos. Sacó de nuestra diana a todos nuestros hermanos.

¿Cuántos hemos sentido esa exigente interpelación del monje casi sin palabras? ¿Cuántos en la tierra ya no podremos nunca jamás volver a mirar como mirábamos antes de conocer a esta Gran Alma?

Le colocaremos las más hermosas y perfumadas flores en el altar. Avanzaremos por el mundo con pasos más lentos y atentos, respiraremos de una forma más consciente..., pero personalmente lo que siento que este Gran Maestro pide de muchos de nosotros es algo aún más desafiante. A quienes estamos aún anclados en caducas atalayas, nos pide sostener contra viento y marea, en las más apretadas circunstancias esa mirada altruista.

La discreción era inherente a su presencia. En su también reservado adiós nos invita a mantener siempre una contemplación calma, unos ojos generosos. Podamos seguir siempre su callada Senda.

Arteixo 22 de Enero de 2022

 
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