El periódico diario nos va encerrando en un tiempo y unas coordenadas sumamente estrechas, nos invita a olvidarnos del infinito sin lÃmites. Contribuye a perder la noción de que no somos este tiempo y esta geografÃa, de que nosotros mismos somos eternos. Vengo de Madrid. He reparado en ello cuando he viajado el domingo en el metro y he visto a mi lado a un hombre de mi edad, acabado, vacÃo de vida, con la mirada perdida. AsÃa el “El PaÃs†doblado con sus hojas salmón, con su correspondiente y colorida revista semanal. VendrÃa de estudiarlo a fondo en un banco ya primaveral o en un más oscuro café. Con todos los “PaÃses†que llevo devorados en mi vida ese hombre podrÃa ser yo mismo. Si mi órbita se hubiera ceñido a las secciones de “Nacionalâ€, “Internacionalâ€, “Sociedadâ€, “Culturaâ€â€¦ yo podrÃa ser el portador de ese rostro demacrado y desesperanzado. Si me hubiera constreñido a ese universo cerrado, habrÃa perdido todo brillo, no sabrÃa nada de otros mundos y dimensiones, de sus infinitos y esperanzas. Me he visto encerrado en esa ficción y mente limitadas, por supuesto aún lo estoy en exceso de medida. Por eso enciendo la alarma. “El PaÃsâ€, no digamos ya los otros periódicos más conservadores, no nos pueden liberar, pueden dÃa tras dÃa hacernos olvidar nuestro desafÃo de crecimiento, nuestro horizonte de liberación, nuestra vocación de eternidad. Estamos en realidad hablando del enorme peligro de la intelectualidad. El conocimiento definitivamente no es sabidurÃa. El conocimiento limita con fronteras muy estrechas y a menudo orgullosas, la sabidurÃa nos ayuda a ubicarnos con humildad en el concierto del cosmos infinito y eterno. Artaza 28 de Marzo de 2023 www.koldoaldai.org |
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