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Crónicas breves de campamento y peregrinación (Verano 2021)

Queridos/as amigos/as:

Septiembre siempre nos sorprende guerreando ante la nostalgia de un verano que ya expira y sin embargo sólo podemos dar infinitas gracias al Cielo por lo satisfactoriamente que han transcurrido todos los eventos, por el grado de tan bella comunión en ellos alcanzado. Traemos pues a esta nueva entrada del blog pocas noticias del mundo, pues hemos permanecido muy ausentes, muy implicados en sacar campamento y peregrinación adelante. El compartir de esta ocasión brota por lo tanto en su mayoría del corazón de estas experiencias. Si queréis poner imágenes a los breves relatos que aquí presentados, las encontraréis en sus respectivas páginas webs: www.pirinea.org y www.peregrinea.org. Vídeo de las danzas finales en Santo Toribio también en: https://www.youtube.com/watch?v=vu53q8V1ICs

La Comunión permanece aunque las manos ya no estén entrelazadas, aunque los cantos no broten ya al unísono de nuestros labios. La Comunión no expira por más que alguien pulsara el “off"en el gran aparato de la música en el centro del círculo. Con el anhelo de que esta hermandad gestada sume con otras, de que la Tierra entera más pronto que tarde se inaugure en sagrada comunión, con fraterno y sentido abrazo.

PERDURE POR SIEMPRE

Aún no metimos el blanco a la lavadora. Seguimos caminando con las mismas sandalias gastadas. Seguimos mirándonos a los ojos con la ternura que no hemos derrochado en nuestras vidas pretéritas. Pongo una y otra vez los vídeos de las danzas de Selene.

Exploro la razón y sólo percibo el anhelo de seguir en comunión, de que nunca hubiera habido una despedida física, de permanecer siempre unidos de las manos, de los corazones con una música que conquista nuestras almas.

Los mensajes que nos llegan por el móvil van en el mismo sentido: nunca nos soltaríamos, quisiéramos permanecer siempre enlazados. Ya no nos queremos separar. Hemos permanecido tanto tiempo divididos y confrontados, hemos guerreado en tantas plazas de piedra, a la vera de tantas montañas y Viornas...

Las Leyes nos dicen que aquello que nuestra mente sitúa como horizonte prioritario eso será, si así la balanza del karma lo permite. Nuestro más firme anhelo es permanecer siempre en esa plaza de bien pulida piedra, a la vera del “lignum crucis” (cruz de madera de Jesús Cristo), sobre todo junto a la cruz, junto al sacrificio de nuestra naturaleza inferior. Nuestro más firme anhelo es el de permanecer ya sin tiempo dentro de ese aro sagrado cada vez más ancho, dentro de ese círculo de hermandad que perdure por siempre.


EL MÁS FUERTE ANHELO

Pareciera que aquellas curvas nunca se acabaran. Me da respeto la carretera, más con fuerte lluvia, más al volante de una furgoneta cargada que conduzco por primera vez, más a través de un desfiladero estrecho de más de veinte kilómetros…, pero al final del desfiladero se abría el valle, se encontraba el mar ancho y su autovía y el acelerador que podía pisar sin temor. La furgoneta ya está de vuelta a la agencia de alquiler y el corazón palpita a ritmo habitual. La aventura de Peregrinea 2021 ahora sí ha definitivamente finalizado.

El hogar está tranquilo y la mesa aguardando y el teclado deseoso de que le cuente las mil y una aventuras vividas, sobre todo aquélla de más de sesenta hermanos peregrinando en entrañable comunión a lo largo de nueve días. El milagro obró un verano más en una peregrinación en la que creí que podíamos pinchar por cualquier lado, en la que cada día representaba un logro colectivo en medio de unas circunstancias difíciles.

Son tantos los ecos, los gratos e inolvidables recuerdos que no me encuentro solo en medio de un hogar vacío. No paro de escribir por todo lo que callé a lo largo de un Agosto intenso como pocos. Sobre todo, no paro de dar gracias a Dios, pues a pesar de todos nuestros desvaríos, siempre nos sentimos acompañados.

En un escondido rincón de la Asturias exuberante se encienden mañana de nuevo grandes y pequeñas velas y brotará de nuevo con brío el copal de los sahumadores de las hermanas y las canciones de nuevo a pleno pulmón en los labios de las comadres y compadres concheros, pero este cuerpo se revela y me cierra la puerta con tranca y doble llave y me dice que de aquí no se mueve nadie, que habrá otros copales, otras flores, otros cantos, otras danzas…, así que obedezco y aquí me quedo sorbiendo a pequeños, a sentidos tragos este silencio tan cargado de resonancia y de gozo.

Pongo una y otra vez los vídeos de las danzas y siento que estamos ya entrelazados en un círculo de danza que no tiene fin, que ya nunca se va a acabar; siento que más pronto que tarde vamos a vivir en una eterna comunión, sencillamente porque ésa es la Voluntad Superior, sencillamente porque ése es el anhelo más fuerte, más indomable, más decidido que brota de nuestros corazones.

HOY TE CANTAMOS…

Hoy Te cantamos por todas las veces que no Te hemos cantado. Hoy te alabamos por todas las veces que no te hemos alabado. Hoy acariciamos con nuestra mirada extasiada Tus cumbres por todas veces que nos escondimos en el valle sombrío.

Hoy Te agradecemos con todo corazón la experiencia vivida, por todas veces que no confiamos en que llegaríamos a destino, que se malograría la intentona, que se pincharía alguna rueda ya de los vehículos, ya de nuestros cuerpos, ya de la unión alcanzada.

Hoy nos rendimos ante Ti por todas las veces que en medio de las dificultades no elevamos la mirada hacia lo Alto, no confiamos en tu amparo. El peregrinaje continúa... ¡Loada sea Dios!


BALCONADA

Las balconadas son los lugares que el humano crea para desbordarse en agradecimiento, para lanzar sus sentidas gracias más lejos, más alto. No nos hemos podido mover de la balconada, de nuestra balconada de La Viorna. En realidad, no podíamos ir muy lejos. Aquí perdura el eco, resuenan aún las canciones de la alborada, las danzas del ocaso. Aquí ancló sólida y profunda una improvisada Comunión.

No sabemos cuándo devolveremos el vehículo. Aquí destilaremos lo vivido, secaremos los sudores, restableceremos los cuerpos. Necesitábamos la balconada para degustar despacio, sin prisas el paisaje cántabro verde y agreste, sobre todo recordar las cumbres compartidas, para disfrutar del panorama soleado transitado en grupo. Necesitábamos balconada para recapitular despacito lo que tan rápido, tanto fuera como adentro, nos ha acontecido en este breve, pero entrañable peregrinaje.

Un día la humanidad entera caminará en comunión, se arrimará a una ancha y elevada balconada. Un día la humanidad entera desbordará agradecimiento por la dicha inmensa que hemos heredado al encarnar en medio de esta Creación sin par. Un día la humanidad entera vivirá la hermandad, disfrutará del espíritu del cooperar y compartir que juntos y juntas hemos degustado a lo largo de nueve, tan intensas como inolvidables, jornadas.

* Me refiero a la “balconada” que disfrutamos en el "Camping de La Viorna"


GANAS DE COMUNIÓN

Alubias con bien de verdura y arroz acompañado de champiñones. Tras lenta cocción, apago los butanos y reposo. Las dos grandes ollas ganarán en sabor para cuando llegue el grupo peregrino. Ojalá el cuerpo gane también algo de imprescindible brío. Ahora ellos y ellas ganan en altura, seguramente también en éxtasis; quizás en estos mismos momentos de hallan colmados de Dios y de Creación a las puertas del desfiladero de La Hermida. Habrán dejado abajo Cicera y sus piedras tan tocadas de historia.

Me quedo solo en el campamento. Cuando el ajetreo y la algarabía colectivas, unos segundos de soledad y silencio pueden tornar ambrosía. Al cocinero nadie le pide cuentas por su imprescindible apartamiento. Respiro por fin en paz después de cuatro días sin parar. Respirar paz es también buscar teclado para compartir esa suerte. El cuerpo roza el límite de un agotamiento tan familiar, pero el alma se solaza en un gozo que tampoco le es ajeno.

“Ha sido un invierno muy duro…”, decía entre lágrimas una mujer que ha pasado el COVID en uno de los Círculos de Palabra que supera el medio centenar de peregrinos. “Tenía muchas ganas de que llegaran estos momentos de comunión...” Entonces es cuando el agotamiento de ahora y los múltiples quebraderos de cabeza pretéritos encuentran su ansiada justificación. No ha sido fácil preparar esta peregrinación lebaniega de verdor desbordado, pero también de complicación añadida, dada su falta de servicios y equipamiento.

Ahora sólo gracias, gracias profundas y sinceras al Cielo, pues avanzamos en armonía, en alegría y sin percances; gracias que me apresto a teclear para que conste en alguna Acta.

"¡SOIS EXTRAORDINARIOS!"

No hemos reportado como otros veranos. Despierta como otrora, vuelve el prudente silencio. Son tiempos de silencio para los círculos que quieren respirar aire puro, aire sin temor, ni medida. El campamento se saldó muy en positivo. Nueva ubicación, renovado equipo y la hermandad floreció y no paramos de dar gracias al Cielo por esa comunión una vez más consagrada.

El campamento volvió a ser una antes y después para muchos que se acercaron y sumaron sus gargantas al canto, su fervor a la oración, sus pasos a las meditaciones andantes, su alegría, sus dones, su relato al aro sagrado… El campamento nos puso una vez más al límite de nuestros cuerpos físicos, como si ésa fuera la tasa insalvable, el contrato inexcusable, el pago ineludible. En esos momentos de pura física siempre había alguien que acercaba su coche para llenarlo de cajas y bajar a Estella a por las compras imprescindibles. El número de hermanos no paraba de aumentar.

Las situaciones límite tienen la particularidad de graduar nuestro nivel de Ser. Al pasarle la lista de las compras la miré a los ojos y espontáneamente le dije, por ella y su compañero, “¡Sois extraordinarios...!” y el ajetreo se detuvo y el tiempo optó por congelarse. Se le nublaron los ojos y también yo mismo me emocioné con esas dos sencillas palabras que habían brotado espontáneamente de lo más profundo de mi alma.

Ya habían arrancado otras veces el coche para rodarlo por las carreteras ardientes, para dejar el espacio amable del campamento y meterse en esos grandes y fríos supermercados. Abrazo silencioso y fraterno y accionar del motor y suma y sigue hasta hoy que ya se aleja el eco de los cantos, hasta este presente relajado en el que nuestros cuerpos tranquilos descansan y nuestra alma sólo teclea, sólo sabe agradecer y bendecir por tanta dicha recibida.

DESAPEGO

El mayor desafío humano consiste en trascender los abismos y separaciones de toda índole que se han prolongado hasta el presente. Con el hermanamiento con todos nuestros congéneres vendrá la revelación de nuestra condición filial, de hijos e hijas de un Dios Inombrable, Padre Madre; vendrá la asunción de nuestra condición de custodios de la Creación que se nos ha otorgado en regalía, de cuidadores del Reino mineral, vegetal y mineral. Viviremos en paz, alegría y comunión.

A ello aspiramos con toda la fuerza de nuestros corazones unidos. En ello nos empleamos en este rincón de la montaña navarra. El Alto Ideal requiere de su ensayo. Entre encinas, hayas y robles centenarios, con la ayuda del Cielo, lo estamos intentando.

El campamento es un ejercicio constante de desapego. Se van unos y parece que se llevaran con ellos/as la magia de la fraternidad, una magia que será difícil volverla a alcanzar. Pero llegan otros y la magia no sabemos cómo rebrota, se renueva y reafirma. Este altar que cada alba reúne a tantas almas, es mudo testigo de ello.

Así es que podemos disfrutar en continuo del encantamiento de la comunión. Los que se han ido y los que se quedan sostienen el encantamiento. El encanto de la fraternidad y del Alto Ideal, más pronto que tarde inunde la Tierra entera.

 
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