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¡Moltes gràcies Jordi!

Hay corazones que ya lo han bombeado todo y por ello, tras reiterados avisos o amagos, deciden finalmente detenerse y alargar su más que merecido Agosto. Se nos apeó en el ocaso del verano, como dando a entender que el sendero ya estaba asoleado y señalado, que el siguiente otoño, que el próximo esfuerzo era ya más cosa nuestra. Jordi nos mostró que en la alborada de un tiempo grande no podíamos seguir pensando en pequeño. Nos enseñó que era llegada la hora, que no era preciso aguardar más para manifestar la alternativa a este materialismo imperante, que podíamos ya aquí y ahora comenzar a levantar la arquitectura del mañana, el otro paradigma posible. Su lección fue con palabras, pero sobre todo con hechos. De ahí la cantidad de iniciativas (Fira per la Terra, Athanor, Arcadia, Sinpasis, Kanawen…) desplegadas en tantos ámbitos. Jordi Orús pertenece a esa casta de seres pioneros que sugieren los ritmos, que señalan el momento y con su fe y buen hacer son capaces de reunir los corazones y voluntades necesarias para ponerse a la altura de esa hora.

Son muchas los escenarios en los que hemos tenido en suerte trabajar y colaborar junto con este gran líder que ahora remonta su merecido vuelo a la luz. Comenzamos a trabajar con Tilopa y el equipo siempre entregado y eficaz de Athanor en el año 2003 con la coorganización de la "Cumbre de Nueva Conciencia" con motivo del Parlamento de las Religiones del mundo que se celebraría en Barcelona en el 2004. Trabajamos también juntos en los encuentros de “Tierra, Alma y Solidaridad”. Colaboró activamente en las diferentes ediciones del Foro Espiritual de Estella (www.foroespiritual.org), que organizábamos junto con Maite Pardo y los amigos de Alalba. En varias de estas ediciones Jordi representó, de forma más que acertada, al amplio y difuso ámbito de la Nueva Conciencia. Tendríamos la suerte de encontrarnos también en escenarios como las citas anuales de la Red Ibérica de Luz y de la Red Ibérica de Ecoaldeas.

Por último Jordi nos dio la oportunidad de colaborar en esa gran publicación que ha sido “Athanor” y que durante años ha representado un empeño encomiable de difusión de iniciativas y de promoción de gentes del nuevo paradigma. Aprovechamos esta ocasión para hacer patente nuestro más sincero reconocimiento a quienes con constancia y profesionalidad sostuvieron la publicación, muy especialmente a Francesc, Josep Agustín y Ricardo. Con todos ellos hemos tenido la suerte de charlar estos días y valorar el legado grande de Jordi. Athanor ya no están en nuestras manos, pero sí en nuestro interior la información preciosa y necesaria que en cada uno de sus números nos ha ido proporcionando.

Dicen que se ha acabado ya la paz al otro lado del velo, que el amigo Jordi ha revolucionado esas superiores y relajadas estancias, que anda ya montando comunidades y redes, implementando estructuras de la luz y la fraternidad por las que aquí en tierra tanto se afanó. Dentro de unos días nos encontraremos en un cortijo del desierto de Almería las gentes del movimiento ibérico de ecoaldeas. En medio de esa tierra de nadie colocaremos nuestra flor en honor a ese hombre que tanto sembró en los más resecos páramos, que nunca desfalleció ante los más titánicos retos, como lo es el reciente y ancho proyecto comunitario de KanAwen en las montañas de Girona. Partan pues las almas nobles con sus dosis de nuestro debido y profundo agradecimiento.

Nuestro mayor homenaje, continuar su obra, la Tarea Una a la que nos debemos; seguir trabajando cada día más y más unidos/as en el “athanor” del nuevo tiempo, en el advenimiento un nuevo mundo de cocrear y compartir, de iniciativas y comunidades vertebradas en redes. Ello es de seguro lo que él querría, contribuir a la fraterna “sinapsis” de corazones y voluntades, a la encarnación del Reino de Dios en la Tierra, a la manifestación de la “Arcadia” por la que él de forma tan inteligente, ordenada e infatigable se empleó. Su recuerdo físico nos da fuerza, nos contagia aliento en ese imprescindible afán. Ez adiorik Jordi adiskide, gero arte besterik! (No hay adiós amigo Jordi, tan sólo un “hasta luego”)

 
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