Dentro mora un corazón deseoso de hincharse y una mente de vaciarse. He recorrido toda la geografÃa del kirtan, o canto devocional. Al principio pedà orientación, pero ahora voy solo. Si seguimos alimentando esa loca mente, un dÃa podemos llegar al peligroso punto de creernos algo. Somos en realidad lo que lograrnos vaciarnos, lo que logramos llenarnos de sublime música o lo que es lo mismo de supremo anhelo. Cocinar para un grupo tan agradable como el del pasado fin de semana (¡Ay que locas esas burgalesas tan alegres y atentas!), no es menos grato que “cocinar†un artÃculo para el periódico, por más que devoción, belleza y fuego lento sean en uno y otro caso imprescindibles. Fregar con sublime música, agua caliente y el encinar enfrente te puede llevar a un lugar sin retorno. La cocina resta inquietud a la mente, preocupaciones al cerebro, detiene el tiempo, entrena las manos… No saber más; saber sobre todo que fuimos petulantes y orgullosos, antes que descubriéramos cómo se casaba la suave mayonesa, cómo se amasaba el tierno pan o freÃan los sencillos crepes. Hay imprescindibles iniciaciones que no necesitan más libros, sino más vapores. Desandar, deconstruir, deshacer, sobre todo descreernos, creernos algo más que unos humanos que se ofrecen a la Vida, unas manos que se reúnen profunda, sentida y constante devoción. * La imagen corresponde al fin de semana con el grupo de Burgos. Fue en "Izar etxea" del camping de Artaza. Imagen de Sonia Cuadrado. ¡Muchas gracias Sonia por tu amabilidad! Artaza 12 de Abril de 2022 |
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