En la hora en que expira una civilización mas basada en el tener y en el acumular, que en el ser y en el compartir, estamos unidos. En la hora en que nace una nueva era inspirada en el cuidado de lo común, en la responsabilidad y el compromiso colectivo, estamos unidos. En la hora en que caducan los valores de confrontación y división que han prevalecido y nacen los de concordia y armonÃa, estamos unidos. En la hora en que emerge un nuevo tiempo de compartir y colaborar, de volcarnos en los más desprotegidos, olvidados y empobrecidos, estamos unidos. En la era en que comienza a alborear por fin el nuevo sol de la fraternidad humana, el que añoraran los servidores de la luz de todos los tiempos y geografÃas, estamos unidos. Más allá de lo meramente pasajero y circunstancial, más allá de nuestros grupos, colores, movimientos, etiquetas, pertenencias, nacionalidades, religión, marcas…, estamos unidos en un solo corazón que desborda esperanza por todos sus costados. Volvimos a la Tierra para unirnos estrechamente en esta hora, en este momento tan delicado, como apasionante. Estamos unidos por estas máquinas, pero sobre todo estamos unidos por la Internet del alma, por la conciencia de que somos una sola humanidad hija del Misterio, hija del Origen, del Dios "que los hombres distintos llamamos con distintos nombres, pero que es el Uno y el Mismo..." (Lanza de Vasto) Artaza 4 de Julio de 2017
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