Meditar para donarnos más y mejor, para tratar de saber qué nos pide la Vida en cada momento, qué aguarda de nosotros y nosotras. Averiguar cómo, cuándo y dónde podemos servirla. Descubrir dónde nos hemos atascado, cuál es el siguiente reto en nuestro crecimiento interior, cuál es el otro paso que nuestra alma confÃa que demos. Ya no sólo saber que estamos siendo graduados, sino qué particular aspecto de nuestra personalidad inferior es preciso enmendar. Meditar para alcanzar también a conocer qué es lo que esperan de nosotros los Grandes Seres, para qué nos quieren y para qué aún no estamos preparados, no les podemos todavÃa ser útiles en la elevación de la humanidad, en el progreso del Plan. Meditar y cobrar conciencia del lastre que aún nos acompaña y nos impide esa comunión más entera con la Hermandad Blanca, una afinidad más completa con las Almas liberadas. A veces podemos sentirnos muy pequeños y lastrados, perturbados por las pruebas cotidianas. Podemos ver lo mucho que aún distamos de esa consagrada Comunión de la Luz. Me aventuré a preguntar en lo interno por qué malgastan el tiempo, cómo no se han cansado aún de esperarnos. Me han dado a entender que no tienen prisa, que incluso albergan confianza en nosotros. No en vano disponen del largo lapso de toda una eternidad. * Imagen: Meditación colectiva convocada por el grupo "Ixileku" durante la celebración del Foro Espiritual de Estella 2022 (www.foroespiritual.org) Artaza 11 de Marzo de 2023 |
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