Pero ellas sólo callaban ante la pregunta definitiva que les espetaba sorpresivamente la responsable de toda la congregación. Asà nos lo relataba ella en la misma reunión del pasado fin de semana en Valladolid. Su Dios habÃa sido a lo largo de todas sus vidas la razón de su entrega sin reservas. Por ello necesariamente enmudecÃan. Dios era un permanente volcarse al prójimo y no habÃan tenido tiempo para interpelaciones de orden más metafÃsico. Ante el interrogante supino que les planteaba la máxima autoridad de su orden, callaban y dejaban caer lágrimas por sus mejillas. Para ellas Dios habÃa sido aliento, pizarra, consuelo, ternura, pozo, regazo… No habÃan reservado siquiera ocasión para para levantar la mirada y dirigirla a Sus Ojos. No era quien suscribe el que debÃa haber hablado y presentado testimonio ante tan ejemplar auditorio. Servidor no contaba con cuarenta o cincuenta años de servicio desinteresado a sus espaldas. No habÃa sido aliento, pizarra, consuelo, ternura, pozo, regazo… para los más necesitados. Pudo haber sido únicamente verbo tenaz, incluso en alguna muy puntual ocasión algo certero, pero es la vida consagrada, son las obras generosas sostenidas a lo largo de toda una existencia las únicas capaces de sellar los labios, de mojar las mejillas. Un gran placer haber compartido todo un fin de semana en Valladolid con las generosas hermanas vedrunas. ¡Siempre gracias! * Imagen del encuentro Ourense 18 de Octubre de 2022 |
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