Cada quien elige sus galaxias, las estrellas que desea hacer brillar en su propio firmamento. Los luceros que deseo palpiten en nuestra galaxia humana son aquellos que todo lo dan, sin esperar nada a cambio, soles vivientes que sólo piensan en iluminar, en calentar, en dar vida, sin necesitar jamás compensación alguna. Deseamos tachonen nuestros cielos quienes se despiertan cada mañana con la única preocupación de ser útiles al prójimo, quienes se olvidan de sà en un empeño de constante entrega a la comunidad. Las estrellas que brillan en nuestros cielos, son las de los/as servidores/as genuinos/as en cualquier ámbito y geografÃa, servidores humildes y silentes, siempre henchidos de gozo. Pero hay otras galaxias, a ras de impoluto césped, que interrogan no la curiosidad, sino la moralidad. El guiño del presidente del Real Madrid a Cristiano Ronaldo ha desatado la alarma en todas las galaxias. Dicen que los galácticos del fútbol nos hacen soñar, pero tristes sueños los que se quedan a la altura del talón del futbolista portugués. Nuestras galaxias pueden despegar desde la hierba de un campo de fútbol. El problema no es el jugador de Madeira y su pie de oro, tampoco Don Florentino y su bolsillo agujereado, el problema es de cuantos sostienen esas obscenas galaxias, el problema son los universos limitados al diámetro de un balón mareado. Dicen que los galácticos nos hacen soñar, pero a nosotros me quita el sueño sólo pensar los estómagos que se llenarÃan, las enfermedades que se exterminarÃan, las sonrisas que se encenderÃan… con sus sueldos inmorales. Los cálculos numéricos son tentadores. No aburriré al lector, sólo un dato: con lo que Ronaldo ganará en un minuto, uno de entre los 15 millones de niños que mueren cada año podrÃa comer durante 10 dÃas. Más allá de la emoción de los goles, soñemos con valores y con quienes los/as encarnan. La destreza del pie por sà sola no alcanza. La habilidad con el juego no conquista firmamentos. Es el arrojo del alma lo que da brillo en la inmensa noche de nuestros dÃas. Uno de galácticos que centellea en mi firmamento es el Padre Ãngel Olarán ( www.angelolaran.org ). Hace ya muchos años que el misionero guipuzcoano unió su suerte a las de los últimos de la tierra, a los últimos de EtiopÃa. Este astro y su equipo nutren desde la misión de Saint Mary, la galaxia de Wukro. En esta ciudad del Norte de EtiopÃa, a lo largo de los últimos meses, los cielos regatearon agua y los estómagos se encogieron. La tierra seca no se ha prodigado en grano. ¿Qué no harÃa este padre blanco con los 93 millones de euros que ha costado traer al Bernabeu a Ronaldo? En un reciente e interpelante e-mail escribe el Ãngel de Wukro: “…Necesitamos 10.000 quintales de trigo, de la especie ‘pavón’, que es más resistente a la sequÃa... Cada quintal de trigo, transporte incluido, cuesta unos 800 birs (84 euros). La situación es urgente. Las lluvias deben de comenzar hacia el 26 de Junio y la siembra no puede retrasarse debido a que en dos meses dejará de llover…†La ciencia nos habla de galaxias unidas y solidarias unas con las otras, en el marco de un universo en constante crecimiento. Aquà en la tierra, galaxias más cercanas de polvo y hambre, de paja y barro reclaman nuestro socorro. Destreza de piernas o alarde de almas, cada quien elige sus estrellas y galaxias. Llovamos sobre los campos de Wukro, colmemos los estómagos vacÃos. Apostemos por el misionero galáctico y su galaxia urgida. Nuestros euros de aquà son grano allÃ. * |
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