Los cÃrculos, las redes se van ensanchando, se van enlazando. Un dÃa abarcarán la humanidad entera. No son de nadie y son de todos. Son de la humanidad que despierta, de los corazones donde mora un anhelo de servir al prójimo. Los cÃrculos, las redes no son de nadie, son de todos, son de todos los hermanos en cuyo interior brota un generoso anhelo de entrega, un compromiso, una responsabilidad para hacer de este mundo, un mundo mejor. No importa el nombre que tengan esos cÃrculos y redes, ni en que ámbito se desarrollen, no importa que sean aquà o allá… No importa que sean en la Tabakalera, en Estella (Foro Espiritual http://www.foroespiritual.org), en Arterra (Conferencia internacional del GEN http://gen-europe.org/)…, por reseñar sólo los eventos que estos dÃas tenemos por aquÃ. Lo importante es tomar conciencia de que somos un mismo cÃrculo, una misma Red y el momento en que se comienza a manifestar y por lo tanto a consagrar esa gran Red es ahora. Ahora es el momento que estábamos esperando, el momento en que se unen los anhelos, las voluntades, las visiones, los credos… Superar las fronteras de mi grupo, de mi cÃrculo de mi red, de mi ámbito particular… y tomar conciencia amplia, abarcante, flexible de todo lo que brota y gesta, no importa el color, la forma, el lugar…; tomar conciencia de que todo lo que se esta moviendo responde a un plan superior de creciente empoderamiento humano, de creciente unidad. No solo mi proyecto, mi iniciativa…, sino reparar en que todos nuestros nobles emprendimientos responden a una misma y superior inspiración y que están interna, subjetivamente enlazados. No solo los mÃos, los de mi color, los de mi etiqueta…, sino ver en la tarea del otro/a nuestra tarea. Cobrar visión panorámica, abrazar conciencia global, conciencia de Plan. Ver el sello de lo auténtico en todas las iniciativas desinteresadas en favor del otro mundo que se están gestando alrededor. Hemos de empezar a mirar como miran desde Arriba. Desde las Alturas miran todos nuestros esfuerzos como un mismo movimiento planetario. Nos observan como un mismo grupo de servidores del mundo, un mismo grupo de hombres y mujeres de buen voluntad que comenzamos a sentir, pensar y vivir por fin en clave grupal… Estas reflexiones me llegaban el domingo por la tarde al dejar con pena la Tabakalera y tomar el rumbo de los bosques, pasando por las urnas. En ese gran edificio de la Tabakalera en el que antes se fabricaban cigarrillos, ahora se reunÃan gentes de todo el mundo con el mismo y superior anhelo de explorar el arte de compartir y cooperar. A la noche, ya ante el televisor, los números del 26 J fueron tristes y duros, pero no lo suficiente para olvidar la Tabakalera y todo lo que allà y en otros tantos lugares y encuentros estamos aprendiendo; todo lo que hemos avanzado y de seguro seguiremos avanzando en el arte de colaborar y compartir, de construir en definitiva un nuevo mundo. * Imagen de una edición anterior del Foro. |
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