Ya blandimos la tricolor. Ya ni siquiera es sólo cuestión de proclamar la añorada III República. Es que nosotros seamos "res publica", que devengamos verdadero servicio al bien común, al progreso colectivo; que nuestra preocupación y devoción sea la humanidad, la querida porción de seres en la que hemos encarnado. No podemos caer en la fascinación de lo externo. Las grandes transformaciones siempre han de acontecer primero en nuestro kilómetro "0". No es clamar fuera por unos cambios que en realidad ya se están dando. Es vivir cada dÃa, cada momento ese cambio verdadero y profundo, es que abdique también el falso de adentro. No es que un rey renuncie mucho más tarde de su hora. Los cetros se dejan antes de ir a cazar elefantes. Es sobre todo que nosotros y nosotras "podamos" estar a la altura de los grandes ideales, al nivel de esta hora tan añorada. No es que otros lleguen tarde, es que nosotros lleguemos puntuales, puntuales y despiertos, felices y dispuestos. |
|
|
|