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DEL HIMALAYA AL CONSTITUCIONAL

Duele abandonar las alturas ya físicas, ya mentales. Ayer noche en la cabañita de madera arrebujado entre las gordas sábanas de algodón y con el sonido de fondo de un diluvio inclemente, terminé las memorias de ese monje entrañable que es Mathieu Ricard. Con la carga inmensa de compasión que ese gran ser ha arrojado en mis entrañas no debería escribir estas cosas. Se me deberían haber quitado las ganas de abundar en cuestiones relativas a la, a menudo enconada, "res publica".

Ese libro voluminoso y “pesado” ha sido inigualable compañía en mis últimos trajines y ha hecho más “ligera” la existencia. Hay libros capaces de detener tu vida y reorientarla. Esos son sin duda los mejores. Así han obrado en estos adentros esas casi 800 páginas apuradas al máximo. ¿Quién baja ahora de repente del Himalaya, de sus cimas siempre blancas, de la compañía de esa presencia mayúscula y se pone a ponderar sobre el Poder Judicial? Tecleo en realidad cargado de dudas. Redacto estas letras al borde de un siempre liberador “delete”.

Debería hoy cantar a este bosque que me rodea y que tan amablemente me acoge. La poesía debería arramblar con el breve y torpe ensayo. En realidad no escribiría sobre un tema tan poco apasionante, si no estuvieran ocurriendo cosas serias. Nuestra querida y fragmentada España, sigue doliendo a estas alturas más de lo que debiera.

Me cuesta incursionar en estas cuestiones políticas, pues a la postre representan a menudo motivo de división y conflicto. No me vanaglorio de la comodidad que un día pude alcanzar en ese resbaladizo terreno. Sin embargo ahora mismo en España se han encendido las alarmas y, no sin la mentada dificultad, deseo manifestarme al respecto.

El Partido Popular no puede ni debe gobernar desde un Poder Judicial que sigue controlando. Eso es hacer trampa. Las trampas traen más pronto que tarde sus consecuencias. Cada quien ha de esperar su hora. El PP ha de aguardar su turno para gobernar España. No vale adelantarse.

El juez que con su toga se arroga un desmesurado poderío, sufrirá las consecuencias de otra suerte de Ley infalible. Hay muchos españoles que deseamos cerrar costuras no agrandarlas, restañar heridas no irritarlas aún más, que deseamos que las cosas se muevan, vayan hacia adelante, que anhelamos que por ejemplo el conflicto catalán se resuelva civilizadamente o lo que es lo mismo con diálogo, no con palo que sigue siendo la receta de los populares. Hay muchos españoles que apostamos por que Junqueras pueda volver a hacer política, Puigdemont pueda retornar a su casa, que queremos que de nuevo los pueblos de España nos acerquemos entendamos y hagamos frente a los grandes retos que tiene nuestro Estado, Europa y el mundo.

Esos jueces del PP van a impedir eso y más que encarne progreso y sin embargo a muchos no nos representan, no los hemos elegido. Hay una ideología conservadora que sigue controlando el Poder Judicial y más allá de él y eso es sencillamente injusto. Hay una derecha española que sigue sin homologarse con las derechas europeas y eso es un enorme lastre que habrían de considerar quienes siguen apoyándoles en las urnas.

Punto final, vuelvo al hacha y a la azada. Siquiera con la mente algo más lastrada, intentaré de nuevo remontar las alturas...

* En la imagen: Matthieu Ricard en la cueva de Bhala, en el Tíbet oriental, en 2021.
RAPHAËLE DEMANDRE (ARPA EDITORES)

Casita del bosque 20 de diciembre de 2022

 
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