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UCRANIA NOS HA TRANSFORMADO

A veces nos asustaremos de nosotros mismos, de nuestra propia, nueva y desconocida mirada, sin embargo hemos de estar siempre dispuestos a desandarnos. Ucrania nos ha cambiado y de qué manera. Ucrania ha operado una metamorfosis insospechada. Personalmente ha limado muchas aristas, me ha acercado a lo que antes recelaba.

He seguido hasta donde he podido en estos días de ajetreo, la cumbre de Madrid. España lo está haciendo bien y aflora en mi sigilosamente un cierto orgullo, sorpresivo, desconocido de nuestro país, de nuestros dirigentes. Quien lea estas letras desde el País Vasco, seguramente pensará que quien suscribe ha tomado algo, o le ha dado un mal viento o sencillamente se ha vuelto un poco loco.

Es cierto que ganar en años es conquistar moderación y comprensión. Tenemos que comprendernos más quien queremos estar en el lado correcto de la historia. Estas letras eran impensables solo hace unos meses, pero resulta que España es la capital por unos días de ese mundo cada vez más ancho de la libertad y los derechos humanos. Todos coinciden en el éxito del encuentro al más alto nivel planetario.

A los dos día de caer una bomba en un centro comercial del centro de Ucrania que ya ha matado a 45 civiles, siento una invitación interna a ensanchar mi mente, a abrazar lo que no había abrazado. Hemos de unirnos cuantos estamos por la vida y el mutuo respeto, por los más elementales derechos todavía salvajemente conculcados en demasiados lugares del planeta.

Nos debemos a la equidad. He escuchado con satisfacción el discurso de un señor borbón y su consorte que han cumplido su papel muy correctamente. Si ayer criticamos al Rey cuando erró en Catalunya, cuando se puso detrás de las porras que atizaban, por qué no le vamos a elogiar hoy cuando ejerce de buen anfitrión de las naciones libres. Tenemos nuestras manchas que indiscutiblemente habrá que borrar, pero queremos creer que hay voluntad para ello. Sin ir más lejos la valla de Melilla no puede seguir goteando sangre inocente por más tiempo.

Si alquien sobra en la foto junto a las Meninas o en Infema, es un Erdogan que sigue conculcando flagrantemente los derechos humanos. Siguen machacando a los kurdos, a la oposición, a las gentes con pensamiento independiente. Más que criticar la OTAN, hemos de criticar a quienes en su seno no cumplen los mínimos exigibles. Turquía es evidente que no lo hace y además chantajea con inmorales extradiciones.
Hemos de estar dispuestos a renovarnos continuamente, las guerras tienen esa única virtud de hacernos un poco nuevos. Nunca volveremos a ser como antes de Febrero de este año, cuando centenares de tanques invasores le dieron a la fatal llave de arranque. Seguramente la metamorfosis ha sido para bien.

Artaza 30 de Junio de 2022

 
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