Política y paz | Una sola humanidad | Espiritualidad | Sociedad | Tierra sagrada

Él ya estuvo allí

Steve Jobs in memoriam  
Sí, él ya estuvo allí, por eso puede sugerirnos las otras realidades, asomarlas al cristal de la tableta; por eso no temió la enfermedad y saltó en los huesos ante las cámaras del mundo. Sí, él ya estuvo allí. Sabe que la temida y mal llamada muerte en realidad es sólo doble “click” con el pulgar derecho sobre el monitor de nuestros días. Él sabe que cliquearemos sin límite en un ensayo eterno, que resetear el “sistema” personal, poner en blanco la pantalla de una existencia nada tiene que ver con luto y desagarro. Él sabe que lo importante es ser útil en esta o en aquella pantalla, es vencernos a nosotros mismos, a nuestra propia gravedad y subir al escenario y ofrecer, desbordado de ilusión, algo al prójimo.

Sí, él ya estuvo allí, por eso puede sugerirnos las otras realidades, asomarlas al cristal de la tableta; por eso no temió la enfermedad y saltó en los huesos ante las cámaras del mundo. Sí, él ya estuvo allí. Sabe que la temida y mal llamada muerte en realidad es sólo doble “click” con el pulgar derecho sobre el monitor de nuestros días. Él sabe que cliquearemos sin límite en un ensayo eterno, que resetear el “sistema” personal, poner en blanco la pantalla de una existencia nada tiene que ver con luto y desagarro. Él sabe que lo importante es ser útil en esta o en aquella pantalla, es vencernos a nosotros mismos, a nuestra propia gravedad y subir al escenario y ofrecer, desbordado de ilusión, algo al prójimo.


Honramos el legado no sólo de quien hizo nuestras vidas más agradables, de quien trajo al presente los aparatos reservados para el mañana, sino también de quien en su exigente búsqueda espiritual viajó a la India, de quien no comía carne, de quien quiso combatir su cáncer con medios alternativos… Hoy ocupa las portadas de los periódicos de todo el mundo no sólo un genio único que se despide, sino un ser que abrazó el budismo y su valor excelso de compasión universal. Y como dice Mariscal, todo esto lo hizo además “sin corbata”, sin ceder ante el sistema y sus rituales, su estética, sus reglas y convencionalismos…

Poco sabemos de los intercambios entre genios y dioses, qué prórrogas consiguió pactar para poder culminar su misión sobre la tierra, qué acuerdos alcanzó con el deva de la muerte. Había dejado claro su mensaje de seguir nuestro corazón, nuestra intuición, de amar lo que hacemos como el mejor servicio a la sociedad. Ayer ya satisfecho cedió, debió dar por completado su cometido, quiso retornar al Origen de todos sus prodigios, a la Causa de todos sus quebraderos de cabeza. Sólo quien es sabedor de la fuerza liberadora del más allá, trata con todo su alma de acercar sus excelsas y prodigiosas realidades al más acá.

Difundió por todo el mundo su testamento de fe en nosotros/as mismos/as y nuestro potencial enorme, de vivir cada día como si fuera único. Ya no se apoderará Steve Jobs al otro lado del velo de ninguna nueva genialidad para traerla bajo el brazo. Marcha tranquilo, consciente de que dio aquí todo lo que pudo y más. Agradecimiento pues a quien vino y volvió tantas veces y al retornar nos regaló maravilla, aparatos mágicos con los que redactamos éstas y otras letras de homenaje a él y a la eterna vida.

A un lado el bosque inmenso que ya otoñea, al otro una pantalla también grande en blanco cada mañana. Paso la mayor parte de mis días feliz frente a su manzanita negra, ante una de las máquinas prodigiosas que él alumbró. Al igual que muchos amigos, no aceptaría otro panorama diario ante mis ojos. Hoy sólo puedo teclear en su recuerdo, en su gloria.¡Por el valiente que quiso cambiar el mundo, por quien tuvo el coraje, por encima de todo, de seguir a su corazón!

Los dos primeros párrafos corresponden al artículo sobre Stve Jobs que escribí en su día bajo el título "Coraje y prodigio"

 
   |<  <<    >>  >|
NUEVO COMENTARIO SERVICIO DE AVISOS

 
  LISTA DE COMENTARIOS