El problema no es el “chaletâ€, sino el camino de barro hasta su entrada. El problema no es el deseo de paz y naturaleza a las puertas de la gran ciudad, si no el discurso que lo antecedió, las palabras con las que se faltó a otros que también la compraron. El problema de la izquierda no es su deseo de cambiar este mundo, pues ello le honra, sino su deseo, aún no trascendido, de arremeter contra este sistema que ya caduca, que ya se desmorona. No tiene futuro, sencillamente porque es insostenible, porque no se ajusta a la Ley de la solidaridad universal. No hay que tirar el viejo orden, menos aún arremeter contra quienes lo sostienen. Caerá solo, por el propio peso de lo insostenible. Las fuerzas de lo nuevo que ya se anuncia, estamos llamados/as a ser compasión, creatividad, esperanza, alternativa…, nunca destrucción, nunca ofensa. La Luz que se abre y va triunfando por doquier, jamás pierde un instante en combatir la oscuridad que ya clarea. |