El conductor del programa estrella de la pública acostumbra preguntar por las relaciones sexuales del invitado o invitada. Interroga con la expresión bruta que no mentaremos y que bien podremos imaginar. Es en la hora que más personas permanecen clavadas a la pantalla. El humano no “f…â€. Ese impropio verbo sólo lo conjugan los animales o nosotros mismos en “modo animalâ€. El humano “hace el amorâ€. Cuanto menos se ensaya en eso, pues en eso nos va la vida que está por llegar. Alguien se lo tendrá que recordar a ese presentador tan bien pagado. Eso no es mojigaterÃa, sino consideración, mutuo respeto. ¿O es que las profundas raÃces de la denostada violencia sexual no se alimentan también, en alguna medida, del lenguaje desafortunado? El sonido encumbra o degrada. “Revuelta†ante ese verbo que debiera salir de las bocas públicas y los diccionarios serios; “revuelta†ante la devaluación de una sexualidad que se presenta de forma tan poco reverente y consciente. La indiscreción no ayuda. En una sociedad responsable la relación Ãntima no se airea, permanece candada, blindada. No se debiera confundir la alcoba con el patio. Nos quejamos de la degradación de la sexualidad en nuestros dÃas, pero no reparamos en cómo la abordamos. El primer barro puede brotar de los labios. Elevar la sexualidad es también rescatarla del lenguaje chabacano y de la órbita del chisme. No reivindicamos mutismo. No es que no se hable de ella, es que exige un marco respetuoso y adecuado, un lenguaje que la honre, no que la denigre. Si no hay ámbitos por su naturaleza vedados, si el entrevistador no logra obsequiarnos con lo que en verdad esa persona invitada nos puede eventualmente nutrir y aportar, siempre nos quedará el “off†en el mando. Cuando algo tan personal se vuelve tan público siempre podremos saltar a otra Gran VÃa, a otra Gran Avenida o cadena. No sé si en ese antiguo teatro hay mucha “revueltaâ€. Para hacer un buen programa no es preciso invadir lechos. No es cuestión tanto de que el nuevo “invento†de la pública sea o no afÃn a quienes gobiernan, sino de si es afÃn a lo grato, a lo presentable en la hora más televisiva. Lo más popular puede ser también lo más zafio. El Gobierno y RTVE son los encargados de evitarlo. "Progreso" poco tiene que ver con conculcar el mÃnimo decoro. Torpe “reacción†es la indiscreta mirilla, la pregunta que degrada, que nos acerca la caverna que abandonamos, no a la colectividad madura que nos aguarda. Necesitamos 'revuelta' en "prime time" ante el mal gusto, ante aquello que nos desdibuja y embrutece. Hay progresos y conquistas sociales que no tienen que ver con el dinero que entra en nuestra cartilla a final de mes, tampoco con la hora en que suena la sirena o el aviso para dejar de trabajar. Hay diferentes ángulos desde los que observar los avances colectivos. Logro compartido es también, al fin y al cabo, una televisión más formativa, con menos concesiones a lo ordinario. Se están fraguando en realidad muchas y cada vez más ambiciosas “revueltasâ€. Personalmente me sumo a ese que pretende redefinir, resacralizar la condición humana. En realidad, bastarÃa recordar nuestro alto destino, más allá del potente ruido y el espeso 'follaje' que nos rodea... |
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