Otro de los valores que contagia esta lectura es el de la fidelidad a su cultura, a su tierra y espiritualidad, pero sobre todo a la figura venerable del Dalai Lama. De alguna forma esta fidelidad es la prolongación del principio de compasión ya apuntado, pues seguramente el Dalai Lama representa la más pura encarnación de la compasión universal. Como otros tantos compañeros de exilio, el lama Wanchen no dejó en balde el techo del mundo. Al compartirnos su vida, nos demuestra que tienen sentido las biografÃas de los humanos que vienen de las altas montañas y nos ponen también el listón, el reto bien elevado, coronado de blanco. Sin esas superiores referencias quizás no sabrÃamos que era posible, es decir que podemos sufrir abuso, injusticia mayúscula, que pueden matar a nuestra propia madre y nosotros no contaminar el mundo de odio y empezar nuestra vida en otro lugar del mundo, por ejemplo en una gran ciudad, a orillas del Mediterráneo e inaugurar una Casa de puertas abiertas y compartir esos valores de compasión, fidelidad, pureza… Casa TÃbet en Barcelona es el ejemplo de lo que puede alumbrar un hombre capaz de abandonar su hogar para siempre, de bajar de las más altas montañas con las balas silbando a su alrededor y no hundirse después en el fango del rencor, capaz de alcanzar nuevas, soleadas costas y dar la vuelta a su destino. Nos alegramos por el libro, nos congratulamos por el propio Lama Thubten Wangchen y el progreso de su causa, que por supuesto es la nuestra, pero nos alegramos también por nosotros mismos. Seguramente al correr la última página sabremos ya cómo se muta tragedia en altruismo, sufrimiento en alegrÃa y entrega. Seguramente sabremos cómo se transforma destrucción y muerte en compasión sin lÃmite. ¿A algo más vinimos a esta tierra, pese a todo, bendita? http://editorialkairos.com/catalogo/lejos-del-tibet |
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