DeberÃa en el futuro gobernarnos quien en verdad sume, no quien sólo lo proclame. “Navarra sumaâ€, tendrá que considerar seriamente si en realidad en el pasado sumó; si sumó en favor de la pluralidad, de la unidad en la diferencia, de la transparencia…, si no debÃa haber añadido algo más al euskera, a la ecologÃa, a la solidaridad, sobre todo a la sensibilidad. Nuestra iniciativa de diálogo interreligioso en Estella jamás fue recibida, ni escuchada en Pamplona, a pesar de las numerosas ocasiones en las que contactamos con las diferentes conserjerÃas que regentaba entonces Unión del Pueblo Navarro. Aquà no puede haber oÃdos sordos a la diferencia. Navarra es pura encarnación de la unidad en la diversidad: verde y amarillo, montaña y desierto, euskera y castellano, hayedo y trigal, “aurresku†y jota… Necesitamos un gobierno que baile las dos melodÃas, que pasee por las dos geografÃas, que se defienda en los dos idiomas, que coja el “piolet†y el bordón errante... Si ha de dirigir alguien nuestro destino comunitario, lo haga quien es capaz de levantar puentes y superar artificiales distancias, cuando no abismos; que tome las riendas de la Comunidad foral quien aspira a gobernar para la pluralidad que los navarros y navarras representamos. No es indicado que gobierne quien desea hacerlo para los suyos, para los de su exclusiva sensibilidad. El mayor reto de cualquier gobierno siempre será “sumar†con quien siente, piensa, habla… diferente, y en ese vital reto a UPN aún le toca esforzarse. La sostenibilidad a largo plazo de nuestro gobierno comunitario se juega, por encima de todo, en ese desafÃo de aunar lo diverso. Tras la anatema de “nacionalista†se oculta en Navarra crisol y pluralidad. Por el contrario, hay palabras que quejan ajadas, devaluadas o incluso perdidas cuando no sirven a los principios que en un comienzo pretendieron servir. El consticionalismo pudo ser en su dÃa acuerdo, entente, punto de partida, pero a menudo se ha demostrado punto de llegada, freno, limitación, cuando no persecución e injusta cárcel… Hay palabras que hace cuarenta años representaron emancipación y que después, si no se reciclan, aprietan, constriñen, sofocan. Bildu por su parte tiene también en medio de este complicado “sudoku†su oportunidad de oro. La llave de lo que anhelamos, no está sólo en Ferraz. Hay alguna ganzúa homologada enterrada también en los mencionados hayedos, en el inconsciente colectivo vasco y sus residuos de conciencia banderiza. Sobre Euskal Herria Bildu reposa también la responsabilidad del gobierno de la pluralidad. La izquierda abertzale se puede quitar el papel de vÃctima en el crucial reparto de estos dÃas, puede vivir su catarsis siempre postergada y de esa forma invalidar vetos, borrar lÃneas rojas. Con su renacer allanarÃa caminos de progreso. No es un blanquear repentino, es un ceder pendiente, es un imprescindible reconocer que “nos equivocamosâ€, que demasiados silencios estuvieron de más. Ese retardado perdón darÃa paso sin mayores problemas al gobierno de la pluralidad, ahora si cabe más autorizado. En ese “nos equivocamosâ€, en ese reconocimiento de un silencio errado, ganarÃan ellos, ganarÃamos todos los/as navarros/as. * Mar de nubes sobre el valle de Sakana, en Navarra, desde la cima de Ihurbain en una foto de Urko. |
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