Nos duele la España que necesita editar apresurado vÃdeo para intentar creerse a sà misma. Todo el inglés del mundo, en pretendida autoafirmación democrática, no puede borrar la tan evidente como incomprensible torpeza de Estado. Quien domina los verbos regulares e irregulares del universal idioma sabe que la imposición es la antÃtesis de la democracia, que la judicatura nunca soluciona una grave crisis polÃtica. ¿Hubiera corrido el vÃdeo entero en la pantalla de un Besteiro o un Largo Caballero? Pudo ser a plena luz del dÃa, con urnas de pulido cristal brillando al sol. Pudo ser sin anacrónicas condenas, sin "banquillos" medievales, sin Tribunales que se autodenominan “Supremosâ€. Pudo ser en hermandad, entendiendo que la verdadera unidad sólo se consagrará en libertad. Nos duele la España que se resiste a sumar con la diferencia, a mirar desde la horizontalidad y sin controlador epicentro, a correr con los tiempos y sus vientos. Pudo ser en sintonÃa con el nuevo milenio, sin intolerancia, sin “ordeno y mandoâ€, con Carta Magna a la altura del momento. Pudo ser enterrando a Torquemada y dando la voz a quien corresponde. La Tierra era redonda, hay millones de caminos para llegar a Dios y los conflictos polÃticos urgen de negociación y acuerdo. PodÃamos ahora mismo marchar juntos en hermandad, en exquisito respeto de nuestras singularidades y crecientes autonomÃas. Sobraban los cascotes y las vallas, los petardos y las sirenas, sobre todo sobraba la cerrazón de quienes no han movido ficha en medio de un tablero tan agitado. Sobraban las altas llamas en las grandes avenidas, sobre todo el elevado orgullo de quienes no toman mesa, ni asiento. Pudo ser sin ojo saltado, sin vuelos cancelados, ni policÃas bloqueados, sin incomprensibles juicios y la dignidad que se pretendió dejar por los suelos. Pudo ser con mutuo entendimiento de por medio, reconociendo cada quien la carga de razón del otro, dialogando y no persiguiendo. La verdad y la nobleza de ideales siempre acaban triunfando. Los pueblos son medidos y al pueblo hermano catalán en estos momentos movilizado le ha llegado su iniciación, la oportunidad de no guardar rencor a quienes encarcelan a sus dignos representantes, a quienes tratan de cerrar su propio y particular camino. Con más o menos vueltas, sin prisas, ni presiones, todas las sendas nos devolverán a la ancha y suspirada plaza de la fuente limpia y la comunión. Nos duelen las fronteras, pero éstas no se podrán levantar alto en una España cada vez más hermanada, en un mundo cada vez familiar y globalizado. La historia pasará lista a todas las banderas, juzgará sobre todo a quienes hacen indebido uso de poder, a quienes hoy juzgan y emiten eurorden. El futuro de democracia verdaderamente consagrada que nos aguarda, rendirá tributo a quienes, sin exención de mácula, hoy permanecen en la sombra, en añoranza de vuelta con sus seres queridos. Arteixo 16 de Octubre de 2019 |
|
|
|