No cogimos ningún ferry, pero nos embarcamos..., viajamos por todo el Mediterráneo sin salir de la sala. Nos ganó el alma de cada orilla, de cada pueblo, que en realidad se expresa en su música, su folklore, su danza… Fue todo el fin de semana sumando almas a nuestro alma, sumando ritmos, culturas, formas diferentes de estar en el mundo. A cada vuelta, a cada salto se afianzaba el convencimiento de que hay otra forma de estar en el mundo, en cÃrculo, en mutuo aprendizaje y fecundación, en incesante compartir y colaborar, en vida en fraternidad... |