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LA GENERACIÓN DEL NO-INGLÉS

Ojalá otros hubieran terminado de derribar al dictador. Somos los/as que nos adelantamos en la parada, los que, con imperdonable despiste, nacimos antes de tiempo. Somos los que acotamos sin quererlo el universo, los que creamos fronteras sutiles que hubiéramos querido tumbar con toda la fuerza de nuestra alma. Erasmus nos era más que un filósofo aburrido, cansado de medioevo. Su nombre no tenía resonancia alguna. No era para nada un campus salpicado de nieve, no representaba compañeros y compañeras de una universidad lejana con quienes pedalear sin parar y soñar con un mundo nuevo.

Somos la generación del no-inglés; los que viajamos a medias por el mundo sin terminar de entender más allá de las señales para encontrar un vegetariano en Katmandú; los que entregamos tantas veces el carnet a cambio de unos auriculares que nos permitirían descifrar esos vitales labios en movimiento.

Somos los que volvimos una y veinte veces de aeropuertos internacionales con la determinación de dejar todo y apuntarnos hasta dominar el idioma en la academia cercana; los que invertimos en la colección de vídeos que nos permitieron soñar mientras que emulábamos torpemente a la maestra virtual.

Somos los eternos aldeanos que creímos firmemente en la humanidad unida, los/las que soñamos dormidos y despiertos con la fraternidad entre todos los pueblos. Somos los que acudimos en Split, en Mostar, en las islas griegas… a reuniones de los gurús de la solidaridad mientras nos mordíamos la lengua al perder mucho de tan importantes contenidos.

Somos los que en la próxima vuelta no erraremos en la parada. Tomaremos pecho, balbucearemos, diremos nuestras primeras y torpes palabras en inglés. Saltaremos todas las barreras culturales. Se nos abrirá el mundo, nos faltará tiempo para tragarlo de tan constreñidos que nos encontramos en esta encarnación.

Somos los que dejaremos cuerpo con ese complejo, con esa insaciable sed de mundo, con esa frustración de haber logrado comunicarnos sólo en nuestras parcas lenguas provincianas.
Somos los que en la próxima vida, si Dios quiere, dominaremos los más enrevesados irregulares, los que mañana respiraremos y suspiraremos rendidos entre sábanas, tras el amor, en el idioma que se nos antoje.

Somos los que aguardaremos pacientes. No saldremos ni a la vida, ni a la calle antes de la hora. Nuestras jóvenes pancartas se entenderán en todos los rincones de la tierra. Somos los que haremos cola ya desde el amanecer en ese anhelado campus, blanco, lejano.

* Imagen de una pasada edición del Foro Espiritual de Estella (www.forespiritual.org). Levantando el globo terráqueo con unos papelitos adheridos en los que expresamos nuestros mejores deseos para la humanidad.

Artaza 17 de Septiembre de 2022

 
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