“¡Futuro para Nissan¡â€, pero también un futuro para todos/as, pues debemos pensar si tanto CO2 no está hipotecando el futuro de otros. Es preciso reflexionar sobre lo que consideramos a priori como incuestionable: los modernos y veloces coches son buenos para nuestra sociedad y las grandes industrias automovilÃsticas comportan indudable progreso. ¿Seremos capaces de dejar espacio en nuestra mente a otro tipo de trabajo menos alienante, a otro tipo de desplazamiento menos contaminante? SÃ, no es fácil reinventarse, dejar las viejas inercias, pero algún dÃa habrá que empezar a vencer los temores e intentarlo. De primeras convendrá resignificar la palabra “desarrolloâ€. Éste ha de ser sostenible para la Tierra, nuestra Madre, pero también sostenible para nuestras almas que demandan algo más que una tarea meramente mecanizada. “¡Futuro para Nissan¡â€, pero antes de hacerle un hueco a Nissan en nuestro futuro, pensemos qué futuro anhelamos. Antes de quemar los neumáticos y arrojar su humo al cielo, podemos pedir al Cielo que nos ilumine sobre el mañana que deseamos construir. De tanto trabajo automatizado en las cadenas industriales podemos llegar a pensar que no merecemos otra tarea más personal y creativa. De tanto asfaltar el mundo y echar a rodar veloces coches por sus carreteras, podemos llegar a creer que no habÃa otra forma de desplazarnos. Los trabajadores “exigen un futuro realâ€, pero hay mucha ficción en la supuesta prosperidad que nos proporcionan esos flamantes coches dispuestos a comerse las más anchas autopistas. Antes que diseñar un futuro para la gran industria automovilÃstica, tenemos que diseñar un futuro para la humanidad. ¿Necesitamos en verdad cambiar de coche cada poco tiempo? Ofrecido el corazón, deseamos ofrecer también reflexión. Nuestras Ãntimas aspiraciones pueden ir más lejos que fichar todos los dÃas en una gran factorÃa y encerrar en ella buena parte de nuestra vida sin que ese trabajo reporte algo para nuestro crecimiento. Nuestro presente se caracteriza por el vencimiento de las inercias. Es el tiempo de rehacernos, de cuestionarnos desde el principio. Es el momento de considerar por ejemplo que para movernos no podemos tirar tanto veneno a la atmósfera. Es la hora de reinventarnos para vivir una vida más plena, más feliz, en definitiva más viva, para hacer de nuestros dÃas algo más útil y creativo, algo que lleve nuestro personal sello al mundo. |
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