El futuro ya nos ha alcanzado y es ahora cuando tocaba ya empezar a levantar un mundo nuevo. Podemos dar vida a una nueva civilización sobre la base de que cuanto nos rodea es sagrado, de que el comercio no puede corromperlo todo, no puede alcanzar hasta lo impensable. Podemos empezar de nuevo sobre la base de que la maternidad no se toca, de que el otro, su territorio, su cuerpo, su condición es sagrada… Podemos arrancarnos en una nueva era sobre la base de que nuestro territorio compartido, la Madre Tierra, también es sagrada, de que sus Reinos lo son igualmente. Podemos comenzar a alumbrar una civilización más fraterna de relaciones también sagradas, basadas en el respeto y el amor, jamás en el abuso y la explotación. Vinimos a anunciar esa nueva Tierra, esa nueva era sagradas. No conviene olvidar por qué nos colamos en un vientre no alquilado, por qué pusimos de nuevo pie en este planeta bendito. |
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