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Claves para la comprensión del ascenso de Trump y del populismo en general



Tras la caída, recomponerse; después del golpe, el imprescindible análisis. Entre otras poderosas razones porque puede no ser el último golpe, porque el populismo puede tomar el gobierno de otras democracias asentadas a este lado del Atlántico. Le Pen está ya al acecho del Eliseo, como Trump lo estaba de la Casa Blanca. Vamos a intentar enumerar algunas razones más ocultas que nos pueden servir para explicar el ascenso de este fenómeno arrasador del populismo. Son ya demasiado los golpes cómo para no ahondar en él. Entre otras muchas “sorpresas”, citar las más llamativas, primero la del referéndum del Brexit, después la de la consulta de la paz en Colombia y ahora la del amargo resultado de las elecciones norteamericanas…

Los medios de comunicación nos sirven ya las razones evidentes de ese ascenso del populismo como puedan ser el paro, la crisis económica, la inseguridad, el aumento de la inmigración, el fenómeno creciente de la presencia de refugiados… Todas estas razones repliegan a buena parte del electorado hacia posiciones defensivas e incluso hostiles con respecto a lo que son políticas de progreso, de apertura y de solidaridad. Así buena parte del electorado se echa en brazos de quienes prometen defender sus muy particulares intereses. Hasta aquí nada nuevo. Hasta aquí las razones primeras y aparentes, vamos a intentar explorar, aún con riesgo de equivocarnos, en otras más profundas; vamos a intentar ahondar algo más allá en el análisis.

- “Votar con las tripas”. El líder populista es un mago negro, un hechicero de masas que sabe agarrar al ciudadano por las tripas. El auténtico líder, el emancipador, el liberador es el que despierta sentimientos elevados, abre la mirada, incentiva el discernimiento. Distinguiremos al verdadero líder porque jamás suscita confrontación humana. Busca unir, enlazar, integrar. Ése es uno de sus principales cometidos. El liderazgo populista, de uno u otro signo, sabe bien a qué parte del elector/a se ha de dirigir para obtener su voto: sus bajas emociones. Hoy hay una mayoría de la humanidad que vive en la astralidad inferior, movida por las tripas, sin el discernimiento y por lo tanto gobierno necesario auspiciado por la mente superior. Según pregonan las Grandes Almas y su Sabiduría perenne, el cuerpo mental de la humanidad apenas está desarrollado. La mente y su capacidad de superior discernimiento es la única capaz de poner autoridad sobre el bajo cuerpo astral, es decir sobre las emociones descontroladas. Mientras que no desarrollemos esa mente superior estrechamente vinculada a nuestra alma, estaremos por ejemplo a merced del primer hechicero-cantamañanas.

- La emocionalidad, tanto positiva como negativa, está siendo especialmente potenciada en nuestros días con las energías espirituales que llegan a nuestro planeta desde diferentes Centros. En estos tiempos de graduación y prueba, de fin de tantos ciclos de nuestros sistema y cósmicos, todo sentimiento de una u otra índole está siendo fomentado, “regado” indiscriminadamente. En el ámbito de la política la evidente consecuencia es el aumento de esta política de “tripas”, no de cabalidad. La división entre las fuerzas de la evolución y de la involución se hacen, en uno y otro ámbito humano, cada vez más evidentes.

- En comparación con otras humanidades de nuestro propio sistema y de otros sistemas, nuestra humanidad se encontraría particularmente retrasada. De hecho sería un “planeta prueba”, todo un intenso gimnasio de purificación, dado el roce de tantos grupos humanos, dadas las abismales diferencias evolutivas. Nosotros/as hemos querido encarnar en este contexto planetario y tener que afrontar muchos desafíos evolutivos, además de por ejemplo situaciones sorprendentes como las que estamos viendo estos días en que se entrega el poder a personas sin altura y absolutamente indignas para ocupar el cargo.

- Sí que hay un desarrollo importante de la otra porción de humanidad, es decir tanto de la humanidad consciente y solidaria (sociedad civil responsable, ciudadanía de buena voluntad, ONGs…), como del Grupo de Servidores del Mundo (trabajadores, servidores de la luz, conocedores del Plan…), único enlace de la Jerarquía, las Grandes Almas y el conjunto de la humanidad; sin embargo la humanidad inconsciente, que únicamente mira para sí misma y sus individualistas intereses, aún sigue siendo mayoría. Esto se refleja muy fielmente en las escrutinios de las diferentes e importantes elecciones que están aconteciendo en nuestros días. Las dos humanidades, la volcada en sí misma, la que vive por y para sí y la otra que despierta a la necesidad de trabajar por el bien colectivo, que cree en el cooperar y el compartir, se encuentran más separadas que nunca. La separación en dos de la humanidad, ya anunciada desde tiempos bíblicos y pregonada por diferentes Grandes Almas, parece hacerse especialmente visible en nuestros días.
- La humanidad que no ha desarrollado la mente discernidora, exhibe una mente inferior que se hace presa fácil de la ley del péndulo. Está sujeta a la inercia de los vaivenes, de la oscilación también en el ámbito de la política. En el caso de Trump después de dos legislaturas demócratas, una importante parte del electorado habría querido probar la otra opción, así hasta que se canse de Trump y quiera volver a probar demócrata, así sucesivamente… Estamos sometidos al péndulo, hasta que la mente superior logra por fin imponerse.

- La humanidad firmemente demócrata es la que ya tiene unos valores superiores arraigados en su interior, cree en el orden, en la libertad, en la justicia, más allá de ello, también importantes sectores, en la solidaridad y fraternidad humanas. Consciente o inconscientemente el alma ya ha aflorado. Esos valores no deberían ser derrumbados por el acceso emocional provocado por el líder populista. Esa firmeza tiene un precio, en el mejor de los casos se pierden unas elecciones, en otros, los auténticos demócratas, seres de valores, son perseguidos. Por todo lo señalado, la humanidad despierta, demócrata inquieta, solidaria está sufriendo muy duros reveses en nuestros días en muchas latitudes, en algunos casos viviendo verdadera persecución como es el caso de Turquía, Siria, Rusia... Ello está aconteciendo en nuestros días con la connivencia además con el poder opresor de una mayoría de población, es decir de la humanidad hermana, pero al mismo tiempo individualista, volcada exclusivamente en sí misma y sus estrechos intereses.
No decaiga, decidimos encarnar aquí y ahora en el planeta, en medio de toda esta cohorte de Trumps rubios, morenos, pelirrojos… No daré más nombres para no herir sensibilidades, pero sí es importante que distingamos cuando un líder nos eleva, nos llena de luz y comprensión y cuando trata de explotar nuestra emocionalidad rencorosa, egoísta e inferior.

Pueda la Madre Tierra soportar el tirón de añadida devastación que ya pregona el líder republicano, puedan los hermanos más vulnerables, las minorías amenazadas soportar el retroceso en sus derechos, podamos nosotros hacer frente, como no podía ser de otra forma, al desánimo y el decaimiento.
“Vamos lentos porque vamos muy lejos…” Vamos a afianzar valores que no los lleve ningún magnate, ningún hechicero, ningún arrasador viento… Antes de encarnar nos dijimos que, aún con todas las circunstancias adversas, íbamos a sembrar para la Luz, intentar irradiar paz, serenidad, valores superiores... Ya no vale moviola. Estamos aquí y ya están llegando todos los Trumps que estaban concitados y nosotros estamos para mantenernos firmemente en esa Luz liberadora, en ese Amor incluyente. Estamos siendo probados en medio de estos retos difíciles y con comprensión y compasión, amén de Superior Apoyo, no hemos de tener dudas de que saldremos airosos. ¡Así sea!

 
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