"Deja de subrayar y empieza a encarnar...", me decía a mí mismo después de haber pintarrajeado todas sus 380 páginas, después de haber intentado encerrar en rojo sus mensajes de vida eterna. Lo que a uno toca hondamente anhelamos que siga igualmente tocando y transformando… Una vez más intentarás robar tiempo a la vida para sumergirte en su páginas e intentar ser a la postre más Vida.
Está a la altura de los otros libros que, rescatando excelsa Memoria, viraron nuestras vidas, como es el caso de “Arpas eternas” y el resto de los anales de Josefa Rosalía Luque de Alvarez o de las abundantes incursiones en el pasado de Gloria, cómo no, de Daniel Meurois Givaudan. Otro libro más que nos deja “tirados” en las antiguas costas de la Galia, con todo por contagiar, fundamentalmente con todo por volver a Ser. Una vez más caminando por tierra ignota con el recuerdo de Galilea y Áquel que cerró para siempre las puertas de nuestro pasado. |
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