No limitarnos sólo al pedir, reflexionar también sobre lo que podemos aportar. No es sólo lo que demandamos, es también lo que ofrecemos, no es sólo lo que recibimos también lo que damos. No son sólo nuestros derechos, también nuestros deberes. A medida que nos adentramos en la sabidurÃa oculta, nuestra pancarta reivindicativa va quedando inevitablemente relegada. La libertad está entre las primeras Leyes del Universo, pero deberemos de imbuir ese derecho de la mayor responsabilidad. Nadie deberÃa prohibir a la mujer decidir sobre su cuerpo, pero ella por su parte quizás encienda una vela, haga un paréntesis en medio de tanto ruido, repose su decisión antes de consumarla. No es sólo nuestro derecho en medio de la Vida, también nuestro compromiso para con ella. Camino de la clÃnica recordemos que toda vida es sagrada, que tras el “nasciturusâ€, hay un alma que anhela reemprender su carrera evolutiva en la tierra. Ante la cercanÃa del bisturà que rompe y rasga no olvidemos que toda vida es sagrada. La justa reivindicación sea acompañada de una madurez en la conciencia. Ninguna mujer en los EEUU, ni en ningún lugar del mundo deba salir a la calle para luchar por sus derechos inherentes; ningún alma que desea romper en lloro, al despuntar en el vientre de la madre, tenga que tomar el frustrante camino de vuelta. Más info sobre esta perspectiva del tema: https://www.casadellibro.com/libro.../9788494217012/2297674 |
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