¿Cuánto del “otro mundo posible†encierran las tractoradas? “Esto no es el paÃs de Heidi†proclaman los lÃderes de las sindicales agrarias movilizadas, dando a entender la dureza de la vida en el campo y la necesidad de asumir una dinámica más productiva. Sin embargo, nos resistimos a vaciar de utopÃa el futuro. Para hacer la compra no deberÃamos contribuir a quemar los campos, a arrojar más pesticidas. Comer todos los dÃas no debiera significar “tragarnos†un trozo de mañana, hipotecar tanto el futuro. Éste no es el paÃs idÃlico de los dibujos animados, pero mientras tanto estamos introduciendo una quÃmica indeseable en nuestros cuerpos y poco a poco dejando una tierra inerte a las próximas generaciones. Productores y consumidores deberÃamos adoptar medidas más responsables para con nuestra propia salud y para con la salud de nuestra Tierra, Amalurra. Sin embargo, tras las tractoradas en tantas carreteras de los paÃses europeos, se vuelve a abrir mucha barra libre a los pesticidas. El Unión Europea ha echado para atrás sus medidas restrictivas. En las "tractoradas" se reúne una comprensible angustia humana, digna de solidaridad, pero también un cierto déficit de cuidado para con la Tierra nuestra Madre. El campo siente que se va quedando atrás con respecto al nivel de vida y consumo de la ciudad, pero cada vez somos más los que estamos convencidos de que el futuro pasa por quedarnos un poco más atrás en eso de “tener†y ganar en aquello de “serâ€. TenÃamos que “tener†menos para poder “tener†todos. Igual no era cuestión de que el campo alcanzara a la ciudad, sino el de proponernos, ya en el asfalto, ya allende él, una forma de vida más austera, sencilla y por ende sostenible. Si nos ponemos a ello, por supuesto también más consciente y plena. La agroindustria no es la única forma de llenar la nevera. Cuando los amigos agricultores me dejan la caja de verdura ecológica en la escalera tengo la sensación de que no me hacen llegar sólo un acopio de sana clorofila, sino una carga importante del otro mundo posible. Nuestro consumo diario lleva consigo más de ese otro mundo que fervientemente anhelamos, que el frÃo voto en la urna cada cuatro años. Lo fácil era una vez más la pancarta, la gasolina desparramada en el asfalto, la gran autopista con retenciones de kilómetros...; lo desafiante era empezar a cultivar sin contaminar los suelos, bajar del tractor con aire acondicionado y dar alternativa a este modelo agroindustrial que se torna insostenible. Lo retador era empezar de nuevo con cultivos más pequeños, sanos, amables y de futuro. Se inventó al final del NeolÃtico, es la agricultura ecológica que nutre nuestro cuerpo y el de la Tierra, nunca los daña. ¿Cuando hayamos olvidado la azada y la salud que nos regala, cuando el florecer de la pequeña huerta no alegre nuestros amaneceres, cuando los pájaros callen y la Madre Tierra ya no pueda absorber más veneno..., quién inundará los asfaltos, quién saldrá por nuestras calles y avenidas de tractorada?  |
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