Cada rebanada es el verso de una oración improvisada. Quiero seguir rezando hasta el postrero instante cortando rebanadas de devoción y buena miga. Trabajo para la Madre, que también es el Padre, cuando pongo conciencia y amor sobre la tabla de cortar, sobre el escenario más ancho y a veces intenso de la vida. Trabajo para el Plan cada vez que llevo la armonÃa, la responsabilidad, la belleza hasta el más nimio de los actos. Trabajo para la Trama divina también entre el ruido de cazuelas, cuando logro parar mi ruido interno, cuando me entrego al instante sagrado, al fin último de llevar el mejor bocado, el más sano y responsable a la boca de mis hermanos. Trabajo para el Padre que también es la Madre, cada vez que me entrego a la Vida envuelta en exquisitos humos, cada vez que pongo toda mi ternura y reverencia sobre la gastada tabla de madera, sobre el siempre renovado instante, ahora único e irrepetible en mitad de este anciano y entrañable bosque de primavera. |
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