Nos lo leÃa nuestra amiga Pilartxo en la meditación de hoy a la mañana: “No puedes forzar la apertura de una flor, pues si lo intentaras, destruirÃas la belleza y la perfección de esa flor debido a tu impaciencia…†(Eileen Caddy en su libro “Dios me hablóâ€) La magia de la vida consiste en buena medida en respetar los paréntesis, los barbechos, los tiempos de espera. Si rompemos los tiempos, nos rompemos a nosotros mismos, pues nosotros también somos ciclos. En todo tiempo, no podemos desear de todo. Hay un momento también para la reverente expectación, para el sereno anhelo, para el suspiro. Si todos los anhelos son en todo momento satisfechos, las voluntades se aplanan, la sorpresa desaparece y la vida pierde su sana tensión, su noble esfuerzo, su imprescindible desafÃo. |