Esa negativa invita a reconsiderar la partida. Europa era ilusión a la que miraba la Catalunya movilizada, asà como tantos ciudadanos de España que anhelamos una segunda transición hacia una democracia más auténtica. Toca ceder. Dicen los budistas que en esfuerzo de generosidad y compasión hemos de ensayarnos en otorgar la victoria al adversario. Toca vestirnos un poco con la túnica azafrán. Toca entregar la victoria a Rajoy. Hemos comprobado “la fuerza†que tantas veces mentó, la fuerza injusta de la maquinaria gigantesca, poderosa, aplastante de un Estado en los diferentes niveles, polÃtico, judicial, mediático y policial. También hemos constatado el despliegue y consecuencias, que hace tiempo no contemplábamos, de su fuerza bruta. Toca rendirse. Toca esperar otra tanda, otros tiempos más emancipados, en los que nadie tiemble porque bailen y se redibujen las fronteras, simplemente porque siempre nos volveremos a encontrar. Un panorama más difÃcil e intransigente aún del que esperábamos invita a nueva reflexión. Hay que saber valorar el noble intento, no sólo el logro, sobre todo si éste se fuerza en exceso. El bien mayor de la armonÃa ciudadana justifica torcer el brazo. A veces hay que entregar la victoria a quienes se obcecan en ver todo en clave de vencedores y vencidos. Llegados a un muy complicado punto también hay que saber dignamente ceder. Tenemos la obligación de pujar por la paz y la armonÃa, máxime en estos momentos de tan suma tensión. A veces hay que aparcar legÃtimas aspiraciones en aras de la mejora de una convivencia deteriorada. La Catalunya movilizada ha demostrado también su fuerza pero de otro signo bien diferente, la increÃble fuerza interna que otorga el pulso pacÃfico en pos de un ideal. Ha demostrado su creatividad y capacidad de organización y acción en condiciones muy difÃciles. El mayor activo de toda la precedente movilización ha sido su "Satyagraha", no violencia ni fÃsica, ni verbal tras el más que respetable objetivo de su derecho a decidir. Las incontestables pruebas de contención, de sano coraje y firmeza de esa ciudadanÃa despierta y valiente, quedarán en nosotros/as grabadas para siempre. Creo que el Gobierno de Puigdemont, ante la negativa tajante y tozuda del Gobierno central al diálogo, sà que deberÃa aprovechar la posibilidad de una mayor autonomÃa que abre la reforma Constitucional, que en el plazo de seis meses, desean impulsar los socialistas. HabrÃa sido la movilización cÃvica y serena de la ciudadanÃa catalana la que nos habrÃa llevado a ese eventual y nuevo escenario de mayores y más actualizadas libertades y su consecuente reforma constitucional. Sin esas movilizaciones las reformas que ya se apuntan, no habrÃan llegado. Rendirse para esperar la siguiente oportunidad, la siguiente ola en una playa más amable y favorable. Rendirse para aguardar tiempos mejores. Vendrá otra Europa, otra España que dejará atrás su pasado de imposición, de "ordeno y mando...", de "aquà se hace lo que yo digo...", de "tú te quedas porque yo lo ordeno..." y nacerá, con las nuevas generaciones, otra España nueva, plenamente arraigada en los valores del diálogo, del mutuo respeto y comprensión, de la genuina democracia y libertad. Arteixo 12 de Octubre de 2017 www.koldoaldai.org |
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