Ya no atajos, ya no excusas, ya no prórrogas: ¿cuándo sino ahora, cómo sino unidos y con la ayuda de los Grandes Seres? Juntos quisimos estar en este particular presente que ya ha llegado. Sà al Face, al Twiter, a los blogs, a las webs, al “Guasap†ese que no sé cómo funciona y menos se pronuncia y escribe...; sà a todas las nuevas tecnologÃas que el Cielo nos cede, pero no olvidemos el qué y para qué teclear; no olvidemos por qué y para qué nos citamos en esta hora; por qué y para qué solicitamos nos fueran cedidas estas potentes máquinas, estas sofisticadas herramientas de comunicación y difusión. Vivir y aprovechar la oportunidad. Aprovechar los amigos que se fueron sumando para compartir la luz que nos va llegando. Para qué eran todos aquellos colegas en la Red sino para desnudarnos una mañana de terrible temporal aquà en la costa gallega y compartir lo esencial, la convicción de que jamás hemos estado solos y ahora aún menos; para escribir sin pudor que Arriba nunca han necesitado más de nuestra colaboración y ayuda. Nos puede vencer la vergüenza y callar y seguir sintonizando en la superficialidad de las cosas y los aconteceres. Podemos irnos al otro lado. Nos puede ganar la exaltada emocionalidad, de la que personalmente he pecado en demasÃa. Hay un camino del medio y es el de la responsabilidad. Tecleemos sólo aquello que tengamos genuina voluntad de ser y de cumplir. Afirmemos por fin, pues asà nos es demandado, la existencia de los Seres realizados que nos acompañan, monitorean y asisten; pero nuestros dÃas puedan ser siquiera pálida sombra de los Suyos, nuestra presencia pueda ser cada dÃa un poco más reflejo de su Presencia crecientemente patente. Si adquirimos algún respeto y reconocimiento, si nuestras letras tomaron algún relieve fue todo para jugarlo en esta Casilla, a este Carta, en este Propósito que demandará además olvidar nuestras siglas, borrar nuestro nombre. Hoy era dÃa de estudio, preparando el próximo taller, pero me vine frente a las olas y los manuales cayeron y esto me dictó la mar inmensa, poderosa, enseñoreada. Queremos servir a Los que sirven desde la noche de los tiempos. Queremos invertir nuestros dÃas en la Causa entre las causas, en el Propósito sobre los propósitos. Queremos llegar en un momento a ser dignos colaboradores. Que nuestras letras no pequen de cobardÃa, pero tampoco de exceso de osadÃa. Que podamos con sencillez y humildad cumplir nuestra parte, aún en medio de los temporales, aún ante los desafÃos más exigentes que nos están llegando. Esta es la sencilla plegaria que me atrevo a compartir esta mañana, de fuertes vientos y zarandeos, con cada uno de vosotros/as. No nos vemos, pero quizás estemos ahora latiendo juntos, quizás nos estemos apeando del mismo tren sin horizonte; quizás estamos dejando atrás las mismas cosas pesadas, los mismos afanes sin sentido, el mismo mundo sin sostenibilidad, ni futuro. Quizás estemos atendiendo en estos tiempos de graduación a las mismas pruebas que tantas veces nos han parecido desmesuradas. Quizás hemos elevado el mismo, irreverente e ignorante "¡Ya vale…!", cuando la derrota ha querido conquistar algún instante. No nos vemos, pero quizás estamos ahora palpitando, elevando juntos una misma oración, el mismo y ardiente reclamo para que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan en Plan Divino en esta Tierra bendita. Aquà esta mano. A lo largo de este Sendero tan encrespado, como apasionante; a lo largo de este presente tan exigente, como suspirado, vamos juntos compañero/a... |
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