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Catalunya en el corazón (V)

En estos momentos, no nos estamos jugando sólo la libertad de los presos políticos catalanes; nos encontramos ante un gran desafío evolutivo colectivo. Nos estamos jugando también, en importante medida, el país, la herencia de dignidad, de auténtica democracia y libertad que estamos invitados a dejar a las próximas generaciones. En esta apuesta global, cabal y necesaria cabemos todos/as.

Dios mío, en el silencio y la paz de este día que nace, te pido que inundes con tu clara e infinita luz, la mente partidaria y lastrada de rencor del juez Pablo Llarena; para que pueda ver con claridad, para que pueda, más pronto que tarde, reparar en los atropellos que viene de cometer, al llevar a prisión unos líderes demócratas, gente toda honrada, de buena voluntad.

Es difícil comprender que su decisión sume, construya, libere. Sólo reprime, castiga y falta a la elemental humanidad y cordura. No es difícil comprender, desde un lógico y equilibrado juicio, que su sentencia vaya a servir a otra cosa, que no sea inflamar emociones y dañar aún más la convivencia. Un togado tiene también por cometido cuidar y proteger la armonía social, no deteriorarla.

Que la gasolina que este hombre tan insensata e irresponsablemente ha sembrado no prenda. El rencor no arraigue en nuestros corazones. Que sepamos transmutar toda la rabia en amor compasivo; que alcancemos a mutar esta indignación en denuncia contenida, pacífica y serena; que logremos trocar toda las emociones que nos embargan en causa liberadora; que la arbitrariedad y el abuso que protagoniza el juez Llarena y respalda un Estado con graves síntomas autoritarios, traigan su debida recompensa en forma de fortaleza interior, progreso de conciencia, armonía y confraternización.



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Pobre Europa…, pena de viejo continente en el que tanto idealismo habíamos depositado… y pese a todo seguiremos depositando. No te dejaremos perder. Eras, aún eres, nuestro sueño de libertad, nuestra esperanza de un mundo mejor..., pero hoy encarcelas a quienes luchan por esa misma libertad…

Sí hay un golpismo, el que atenta contra la Ley Superior del amor. Quienes tan severamente juzgan sí o sí tendrán que responder por todos los ánimos que incendiaron, por lo que hicieron a esas buenas gentes arrestadas, a sus familias, por todo el daño que causaron al avance de la verdadera democracia y libertad.

En esa Justicia, tras el fraude de otra justicia sin mayúsculas, reposa hoy toda nuestra serena paz.


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A esos palcos y balcones ya nos habíamos asomado. Volvemos atrás en la historia. En nuestros labios las palabras ya gritadas, los ideales que creímos instaurados para siempre..., pero nunca se agotará la garganta con el clamor de la libertad, no nos cansará lanzar pacíficamente a los cuatro vientos la demanda del alma...
¿Quién en su cabal y humanitario juicio puede llegar a pensar que el encarcelamiento de los líderes catalanes pueden contribuir a acercarnos a la paz, a calmar la crispación? ¿Quién en su cabal y humanitario juicio puede llegar a pensar que la represión, y no el encuentro y el dialogo, es la solución?

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La nieve ya pronto correrá derretida monte abajo. Los Alpes dejen de ser Meca. Ninguna maleta más a la carrera. Ningún/a demócrata catalán/na más entre rejas o camino del exilio. España hogar ancho, abierto, acogedor, donde quepan las diferentes sensibilidades y miradas; los diferentes corazones y pulsares...; las diferentes banderas, culturas, canciones, amaneceres... A la vuelta de los siglos, las imposiciones y las incomprensiones, España una casa compartida en la que haya por fin un sitio para todos/as.

 
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