Adolecemos de templos y sin embargo la Creación nos ofrenda templo a cada paso. ¿Será por ello que caminamos tanto? Me sobran peroratas, me faltan hilos de colores y algodón entre los dedos, silencios menos estirados y más recatados entre los labios. ¿…Y si nuestro reto consistÃa en hacer de la entera Tierra un inmenso templo? ¡Bendita esa anhelada cúpula que un dÃa vislumbraremos!
Tejamos sin tiempo en un Templo abierto a los Vientos. Hay madejas que nunca se acaban, lanzaderas que irán volverán sin detenerse. Al otro lado de su taller/ templo, en la misma nave, mora el caos, el desconcierto con mi rúbrica, todo el trasterÃo de foros, campamentos y peregrinaciones. Quiero creer que ese desorden no es del averno, pues cuando las telas se izan y los hermanos se reúnen, entra, siquiera tÃmida la luz, por los frágiles ventanales de la carpa.
Artaza 7 de Septiembre de 2022 |
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