Pedimos por los miles de hermanos hondureños que llevan una semana caminando, padeciendo, sorteando las mil y un dificultades. Caminamos con ellos, con su sudor, sus ampollas y sus dificultades, sobre todo con sus merecidos sueños... Pedimos por los hermanos brasileños que defienden nuestro mayor pulmón, la selva de la Amazonia que ahora afronta su mayor amenaza de todos los tiempos. De ganar el candidato que se pronostica nuevo presidente, ha prometido hacer dinero con nuestra reserva de oxÃgeno, explotar comercialmente esa inmensa y querida arboleda... Pedimos también por las gentes del desierto, pedimos para que despierten, para que rompan su silencio ya insoportable cuando descuartizan y matan a uno de sus más valientes hijos por el solo hecho de clamar libertad... Pedimos para que aquí nazca el diálogo, la mutua comprensión, la cultura del acuerdo. Para que empecemos a ver en el otro el complemento, que no el adversario. Para que nos encontremos y no nos disparemos, para que miremos cómo podemos hacer el mayor bien a la colectividad y no el mayor mal al supuesto contrincante... Todo esto le pedimos al primer fuego, en esta mañana entrañable de paz, en la que no podemos olvidar tanto dolor aún sembrado por el mundo. Un gusto arrimarnos juntos a las mismas llamas, un gusto compartir la misma plegaria, el mismo anhelo. Eskerrik asko! Artaza 20 de Octubre de 2018 |
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