Es lo efÃmero que puja por durar, el poder del verbo vibrando en cada alma, afirmando su poderÃo. Es el tiempo que consiguen detener garganta y labios serenos. Es el verso que se improvisa y sin embargo puede devenir eterno; la sola palabra despertando las memorias, inundando un colosal aforo. Es el humano inmutable corriendo tras el vocablo preciso. Nadie prende un incienso, ni aviva una vela, sin embargo la ceremonia está servida. Hay un alma grupal que se expresa por medio de quienes no sacan las manos de los bolsillos, ni el corazón de los labios. Sólo airean esas manos para abrazarse. Nadie menta la fraternidad, pero hay una comunión que se desborda. Sobra el altar cuando se consagra en Barakaldo esa entrañable fraternidad. Mil esker Arzallus eta Lujanbio!! Más info del evento: http://www.eitb.com/eu/kultura/bertsolaritza |
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