Ya ha llegado donde pensamos que nunca llegarÃa. Se ha sentado en el despacho que nunca creÃmos conquistarÃa. Ya está gobernando, ya asoma la mano de hierro por las mangas de seda. Trump, presidente de la nación más poderosa del mundo. El dÃa que pensamos que nunca amanecerÃa, ya nos ha alcanzado. Ya ha jurado, sobre dos Biblias a falta de una y los cielos no se han abierto. Sólo una fina lluvia, nada de diluvio, nada de granizo. Sonaron hasta las músicas que tocan el alma, se agitaron todas las banderas, dispararon sin catarro, ni rubor las “salvasâ€. |