El cava no se descorche entre rejas. El turrón de Navidad todos en casa. Oriol Junqueras abrace a su mujer e hijos. Los presos por causas polÃticas abandonen de inmediato unas cárceles que jamás debieron haber pisado. Puigdemont y los consejeros de Bruselas desembarquen en la Generalitat y no en la Audiencia Nacional. Espadas abajo. Ceda el encono, gane las transversalidad y el diálogo. Los dos grandes bloques se hallen, se entiendan e incluso comprendan. Una seria reforma de la Constitución, una clara voluntad de descentralización del Estado, de separación de poderes, una mayor autonomÃa... puedan ser puntos en los que los diferentes se encuentren. Un imprescindible espacio de en medio pueda ser el arranque de una etapa definitivamente diferente. |
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