Mantiene encendido el fuego de las amistades. Quien no sabe lo que es un Facebook, mantienen al día la red de mutuo afecto y cariño. Al otro lado de la línea un familiar, una amiga descuelga y se encuentra con una colección de palabras sueltas y silencios, pero con un afecto desbordado. Cuando las palabras se esconden, cuando se queda muda no asoma protesta alguna. Acepta esa memoria vacía sin lamento. Entonces es cuando me he de poner yo al teléfono y completar las explicaciones. Cuando me falte la memoria, cuando las palabras a mí también se me escondan o tropiecen, cuando la interlocución sea más un juego de adivinanzas, yo querré ser como ella. En los tiempos de pandemia sigue sembrando cariño sin palabras, ni abrazos. Debe ser la fe, saber cuándo y por qué el Misterio sella los labios. |
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