Puede haber un "hasta luego", más nunca despedida definitiva. Hay porciones de humanidad que de momento no manifiestan aspiración alguna hacia la luz y el amor. Dicen que se prepara para ellos otro Hogar y yo creo que es cierto, porque las niñas deben dejar de ser dianas, y las mujeres saudÃes tienen ya puesto el pie en el acelerador y ninguna rama de ningún árbol de la tierra quiere soportar el peso inerte de ninguna joven. Es la ley de evolución, es la ley que nos conduce a cada quien al lugar que nos corresponde. La ley de la fraternidad no está reñida con la de la evolución. Somos hermanos de esos seres aún agresivos, de esas almas aún primarias, pero ellos necesitan un dÃa hartarse y emerger del propio infierno que han creado. Ellos han de dejar de disparar, de perseguir, violar, matar por pensar, por sentir, por respirar diferente. Quisimos hacer un planeta en el que cupiéramos todos, del que nadie quedara fuera, quisimos una ancha patria para todos los hijos de Dios, pero nos derrotaron los telediarios, nos hundieron las noticias. Las profecÃas y diferentes textos sagrados nos hablan de que la humanidad ha de dividirse en dos, de que tras un largo periodo de convivencia, las almas han de reagruparse en función de su nivel evolutivo. La Tierra ascenderÃa en su nivel y albergarÃa igualmente a las almas que se ajustaran a esa nueva rata vibratoria. La misma compasión que los grandes seres tienen para con nosotros, hemos de albergar nosotros para con esos seres tan escasamente evolucionados, pero los reajustes han de llevarse a cabo. Cada quien habite en el espacio que anhela. El Califato que ahora, por ejemplo, se inaugura en buena parte de Siria e Irak proclamado por los Issa, habrá de ser hasta que el alma clame por otro escenario, ahogada en ese ambiente de tanto odio y violencia. Quienes no queremos más califatos, ni más geografÃas aterrorizadas por atropelladoras “sarias†de cualquier signo o color, ojalá podamos aspirar, más pronto que tarde, también a ese nuevo Hogar que se prepara, a esa Tierra de hermanos. Cada quien habite el mundo por el que suspira. La ley de la fraternidad universal es preciso conjugarla con las leyes de evolución y de correspondencia o analogÃa, de forma que no ha de prolongarse “sine die†la actual situación de gran mezcla evolutiva humana. La convivencia con quienes quieren perpetuar la ley del odio y de la violencia, sean éstos del signo que sean, tiene un lÃmite. La ley de la correspondencia obliga al reajuste evolutivo. Los seres evolutivamente primitivos han de vivir lo que desean y la nueva dimensión se les abrirá cuando sobrevenga una aspiración superior del alma. Concurre por lo tanto, al afrontar la cuestión de los seres atrasados, también la ley del libre albedrÃo. El Reino de Dios está a nuestro alcance, basta el poderoso anhelo para que se abran sus puertas de gloria, pero no podemos llevar hasta sus lindes a quien no lo desea. No podemos ayudar a crecer y evolucionar a quien de momento no alberga en ese sentido interés alguno. No queremos ya ver más jóvenes colgadas de un árbol en la India cuando abrimos los periódicos. Ése es un horror que ya no pertenece a nuestro mundo. La brutalidad ha de quedar atrás, pues ya no tiene que ver con nosotros, pues ya no la soportamos. Ojalá podamos ser dignos de lo nuevo que se gesta, ojalá podamos alcanzar la vibración de amor imprescindible para engrosar la nueva humanidad que ya se anuncia. |
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