Las cartas han vuelto a quedar al descubierto. La última hora habla con soberana claridad al respecto. Ese punto de en medio estuvo ayer a punto de consagrarse. De hecho ya lo anunciaron todos los medios: Puigdemont desechaba la DUI y convocaba elecciones autonómicas. De hecho ya se alzaban sobre el asfalto barcelonés los gritos de “Puigdemont traidorâ€, de hecho ya empezaban a rodar las “155 monedas†por las que se habÃa “vendido†el president de la Generalitat, ya se daban los primeros abandonos de la formación de PDCAT... Sólo restaba confirmar que Moncloa desactivarÃa el 155. Pero esa confirmación no llegó, desde Madrid no se paralizarÃa el 155. En el contexto actual muchos coincidiremos que ese punto de en medio estaba representado por el silente clamor “ni DIU, ni 155â€. A la vista de lo acontecido vuelve a quedar claro quién se sitúa en el extremo y quién ha deseado hasta el último momento preservar la moderación, que venciera el “punto de en medioâ€, la no violencia y el civismo. Las esperanzas se cayeron y hoy nos volvemos a situar a pie de tormenta. No nos conformamos con el “Dios reparta suerteâ€. Dios jamás reparte suerte. "La casualidad es el desconocimiento de la Ley", reza el axioma hermético. El mismo Dios, que los hombres distintos llamamos con distintos nombres, siempre está detrás de los valores del moderación, de diálogo, de libertad, del mayor bien para el mayor número de personas. Nunca está por la imposición, ya venga ésta de cualquiera de los lados. Ayer hubo un paso atrás, pero no tememos, nos temeremos siempre que cada paso que demos hacia adelante lo hagamos con impecabilidad, con pureza de intenciones, buscando equilibro y ponderación, en pos del beneficio mayoritario, de la consagración de la Ley superior de la Solidaridad universal, por encima de nuestro interés particular. Artaza 27 de Octubre de 2017 www.koldoaldai.org |
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